Extraña sucesión de infortunios que, poco a poco, fueron minando mi voluntad hasta transformar aquel viejo anhelo de triunfo en esta pacífica convivencia con el fracaso.

martes, 18 de mayo de 2010

DECILE ALBERTO...

Síntesis del post: Desayuno. Mesa contigua. Monólogo. Reflexión.



Es muy temprano a la mañana y estoy en un bar. Tengo delante de mis ojos un café humeante y tres medialunas de grasa que pronto serán historia. La circunstancia por la cual estoy en este sitio es de poca o ninguna relevancia a los efectos de este artículo, así que sirvan estas líneas como una modesta introducción al tema que hoy nos ocupa.

“¿Y cuál es el tema que hoy nos ocupa?”, indagará usted con carita de no me aguanto los prolegómenos.

“La mesa contigua, naturalmente”, responderé yo con mi clásica sonrisa paternal.

“¿Y qué hay en la mesa contigua?”, insistirá usted con su no menos clásica actitud de niño de ocho años.

Espere un momento, no sea ansioso. Todo a su tiempo y armoniosamente. ¿Quiere una paleta?

De cualquier modo le voy a pintar con lujo de detalle el cuadro de situación en esa mesa, porque es indispensable para que la esencia de la historia le llegue al paladar con la debida potencia. Deberé aplicarme a una descripción minuciosa en orden a lograr que usted perciba, a través de mis impresiones, el sentir del protagonista. O lo que yo interpreto como el sentir del protagonista, que es casi lo mismo pero no es lo mismo. No sé si me entiende.

“¿Y quién es el protagonista?”, aventurará usted con los ojitos clavados en el piso porque sabe, muy en el fondo de su corazoncito, que ya me está conduciendo al terreno del mal humor.

“Basta, para usted no hay paleta”, sentenciaré yo con una lógica inapelable.

Y aparte después se le pueden mezclar los sabores en el paladar. Ahora deje de hacer pucheros y vayamos a lo nuestro, que el tiempo no me sobra.

En la mesa contigua hay tres personas. De un lado un matrimonio que sin duda habrá pasado, intuyo que en forma holgada, sus bodas de plata, y del otro una señora que se me antoja viuda o al menos emergente de un divorcio controvertido.

La voz cantante de la conversación la lleva la señora que está felizmente casada. Aunque para hacer honor a la verdad sería más apropiado hablar de un monólogo.

Parece que la señora –el matrimonio- estuvo recorriendo alguno de los grandes museos de Europa en fecha reciente. Y de eso va la conversación. El monólogo digo. No sé de qué museo se trata, pero es uno de los importantes. El Louvre, el Prado, el British. Da lo mismo. Lo importante es que tenés que ver ese cuadro, bichi. Es su obra maestra. A nosotros se nos cayó la mandíbula a los pies, pero si te fijás, en la misma galería hay un cuadrito chiquito que no será tan impactante a primera vista pero a nosotros nos pareció una hermosura total. Los colores, los contrastes, la distribución de las figuras. Decile Alberto…

Todas los segmentos explicativos culminan con un “decile Alberto…”; y Alberto, de más está decirlo, es el sufrido protagonista de nuestra historia. Sufrido para mí. Desde mi punto de vista. Según mi humilde interpretación. Pero sufrido al fin.

Decile Alberto…

Y Alberto no dice. Más bien asiente de un modo maquinal, con los ojos entrecerrados y los brazos cruzados sobre la barriga (prominente por cierto), como si le costara encadenar la memoria puntual con el ademán confirmatorio.

Ah, tenés que hacer el paseo en bote por el río. Decile Alberto…

Y Alberto avala. Convalida. Corrobora. Siempre desde el gesto o el monosílabo. Nunca más allá. Siempre recostado con los brazos cruzados sobre la barriga, como un patrón de estancia a la hora de la siesta.

Y por supuesto su proceder, cansino aunque diligente, denota costumbre. Permite adivinar un espíritu habituado a esos menesteres. Ducho en el arte de conformar sin comprometer demasiadas palabras.

Decile Alberto…

Y Alberto se debate en los rápidos de su memoria. Y no, no se acuerda de esa etapa oscura de Salvador Dalí. Y tampoco recuerda esa pintura específica, precisamente porque en ese momento, específico también, tenía los ojos adheridos a la zona oscura y turgente de aquella estudiante alemana que atendía embobada las precarias explicaciones de un guía gitano. Estúpido guía gitano. Joven, moreno y de graciosas y delicadas formas.

Decile Alberto…

Y Alberto asiente. Otra vez. Sabedor de que un culo joven y una pintura vieja tienen en común esa capacidad de emocionar. Esa belleza intrínseca. Ese afán de perpetuidad. Y que a cualidades idénticas, abstracta se torna la fuente, y poca o ninguna necesidad de mención la asiste.

La señora continúa con su monólogo y Alberto se retuerce el extremo del mostacho frotándolo entre la yema del dedo pulgar y el canto del dedo índice.

Cierro los ojos y me concentro.

“Decile Alberto…”, conmino siempre desde el pensamiento.

“Decile que te tiene harto. Que se calle la boca de una buena vez. Que la querés, que eso no va a cambiar nunca, pero no te acordás del puñetero cuadro de Dalí, y es mejor que no indaguemos en los porqués. Que querés irte a casa, a ver la fórmula uno. Que esta buena señora, viuda o divorciada, está aburridísima. Que más que el Louvre quiere saber dónde quedan las galerías Lafayette. Y que querés pedir la cuenta y dejar de perder el tiempo, que encima de todo no te sobra”.

Pero Alberto no dice. Se calla sin más. Y eso lo hace porque me lleva unos treinta años. Largos. Y me lo hace saber desde el gesto, desde el ademán, que por otra parte parece ser el lenguaje que mejor domina. Me dedica una media sonrisa entre compasiva y resignada, y paga la cuenta sin bajar la mirada para revisar.

“Decile Alberto…”, me digo ya más en tren humorístico. Y le clavo el colmillo a la primera medialuna de la mañana.




Tengan ustedes muy buenas noches.

51 comentarios:

Damaduende dijo...

Caramba, soy la primera. Esto me pasa por chequear la pc antes de irme a dormir... Qué cosa, no sé que decir... y a Alberto no le vamos a preguntar porque ya sabemos que mucho no aporta.
Por cierto, uste´siempre se pone a escuchar las conversaciones ajenas cuando está desayunando? Pensó en llevarse un libro?

Romina dijo...

JAJAJAJAJAJA

usted es un CAPO!

asi que clavamos los ojitos en el piso porque sabemos muy en el fondo de vuestro cuore que lo estamos conduciendo al terreno del mal humor?? jajajaaja

solo una cosa y muy importante me queda clarìsimo
escribe? como los dioses!
pero si se "acelera" por una par de preguntitas
yo le aconsejarìa que no desprecie esos sabios gestos de Alberto
ya que en ellos hay derroche de paciencia :D

Que duerma bien♥

El Señor F. dijo...

Ya van dos posts seguidos que me hacen acordar a mi abuelo, esto no puede estar bien. (el otro es el de Viejex)

Pero acá me acuerdo de mi otro abuelo, el que, cuando mi santa abuela empezaba con el "decile, Enrique" (porque se llamaba Enrique, y no Alberto), apagaba el audífono y asentía cada vez que lo miraran.

20 años de sordera y nunca falló.

El Señor F. dijo...

(Aunque sería justo aclarar que mi abuela se dio cuenta, pero no le importaba)

Winter dijo...

Yoni, Alberto le estaba enviando un mensaje a usted. Piénselo.

Tenga mi admiración.

Winter dijo...

Yoni, Alberto le estaba enviando un mensaje a usted. Piénselo.

Tenga mi admiración.

Marina dijo...

Primero, es una tortura de alto nivel mostrarme ESA foto a esta hora de la mañana y sho tan lejos de una panadería nonono ... ASI NO ...
Segundo ... una de dos: o Alberto la tiene mas que clara y es un vivo que no gasta energía en nada, porque total la gasta ella, o es un pobre hombre que ya no tiene ganas ni energía en sacarse a " esa " mujer de encima ... anyway ...
Beso! ( antojado de medialunas )

Stella dijo...

Poooobre Alberto! Pareciera que hay mas Albertos de los que uno piensa. Como si pensaran que a cierta edad, lo mejor es callar y asentir!
Me dio penita!

Beso!

LadyMarian dijo...

Cuando leí esto al principio ya todo quedó claro:
"La voz cantante de la conversación la lleva la señora que está felizmente casada. Aunque para hacer honor a la verdad sería más apropiado hablar de un monólogo."
"Felizmente casada" y "monólogo" son una contradicción. Ninguna mujer que esté realmente felizmente casada monologa con su hombre en silencio al lado. Si es así, las cosas no van bien.

Sabedor de que un culo joven y una pintura vieja tienen en común esa capacidad de emocionar. jajajaja!!
Pobre Alberto! jaja

Yoni, me encantó. Me encantó como siempre!
Besos

Anónimo dijo...

Pense que le decias vos en cualquier momento -decile que te tiene las pelotas llenas!

muy bueno Yoni lo suyo. cuando se dijo "decile alberto" antes de acecinar la medialuna, aca un cetaceo sonrío diciéndose a si mismo "hubiera hecho y pensado lo mismo"

El Gaucho Santillán dijo...

Pobre alberto.

Es duro tener las bolas al plato las 24 horas del dìa!!

Hèroe anònimo.

Mona Loca dijo...

Debe de haber sido el Prado.

Porque usted anda muy españolizado, tío.

¿Para qué puedo querer a mi edad, y en la ciudad, una paleta?
Voy acaso a jugar al paddle?

Ahhh...usted se refería a un chupetín!

Su pequeña Yoni está abusando del Disney Channel.


Al contrario de LadyMarian, creo que ese matrimonio ha encontrado el secreto de la felicidad: ella habla, y él asiente.
¿Qué más se puede pedir?

Besos!!!

Alelí dijo...

por dios! que desesperante esa vida!

alberto dejá de usar los huevos de decoración y que toman aire de una vez por todas!

desspernte y triste pero con su agrdable relato me pude reir a carcajadas!

Sólo ud. puede hacer eso.

beso beso

Any dijo...

Pero que paleta ni que ocho cuartos! A mi pidamé un par de esas medialunas! paleta ... pssss.

Mi primer impulso fué reirme porque la situación tiene su lado cómico, sobre todo vista de afuera. Pero finalmente me quedó un regusto amargo; que hinchado la paciencia debe estar Alberto! Alguna vez habrá sido distinto supongo, ahora Alberto se aburre como un hongo mientras sueña con quien sabe que; y ella en el fondo sabe que monologa y el tipo no la escucha ... uno siempre sabe.
Ud es un temible observador de mesas contiguas, asi que yo mejor me siento en su mesa, pero no lo charlo, no.
salute

LadyMarian dijo...

MONA:
No alcanzaron la felicidad sino un simple equilibrio, que no es lo mismo que felicidad.

Alberto y su mujer se estancaron en esa forma de relacionarse y mientras tanto el piensa en culos femeninos jóvenes y ella, en el mejor de los casos, en otros culos masculinos (y sino simplemente en pinturas).

Usted dice: Qué más se puede pedir? Y... mucho más! Quizás por eso yo dejé al que tenía al lado. En este caso él era el que monologaba y yo pensaba... jaja
Para mí felicidad es otra cosa!

eMe dijo...

Como dijo WInter, pera mí que Alberto le estaba mostrando su futuro... no sé, manéjeló ;)

eMe dijo...

Lady Marian, me parece que el comentario de la Mona estaba escrito irónicament, digamos...

LadyMarian dijo...

EME:
Síiii, me imagino que sí, que lo escribió irónicamente. La verdad es que, conociéndola a Mona, creo que ella no aguantaría un Alberto al lado. jaja!

Mona Loca dijo...

Lady Marian: Mestraniarania!!!!

Obviamente que no me conformaría con un Alberto al lado!

Tiene que haber más...qué sé yo...que se siente derecho...que además de asentir con la cabeza diga "sí, querida...tenés razón, querida..."

Eso, lo mínimo!

=P

LadyMarian dijo...

MONA:
jajaja!! Y que el Mono además la lleve a pasear por la lianas y a comprar ropa de seda. Y que opine sobre zapatos, claro! (no como otros que nosotras conocemos jaja)

Maga h dijo...

Uh! Vea, esta genial entrada suya me amargò el sabor de las medialunas!
Me dió pena ponerme a pensar en toda esa gente que perdura sin decir, es mas sin levantarse, patear el tablero e intentar ser un poco feliz o soportar menos.
Parece que la neurosis tiene un poco de eso, ir acostumbrandose a lo incòmodo, algo asì como rascarse la oreja dando vuelta el brazo por arriba de la cabeza!

Y bue! cada uno hace lo que puede!
Pobre tipo, las minas insoportables son terribles!

El Mostro dijo...

Alberto se la banca porque se manda sus escapadas. Yo lo conozco a Alberto, compartimos un curso de meditación nepalesa...

Samain dijo...

Me suena a Pareja casada y hermana solterona de la mujer la situación.

Se juntan ellas, y cae el por pura mala suerte... y en realidad el pobre tipo está tarareando pensando en ponerse un pantalón de gimnasia con pantuflas cuando llegue a casa.

Lo único que justifica su presencia, es que posee la billetera en el bolsillo trasero del pantalón.

Saludos!

Anavril dijo...

Como las parejas de antes!
Siempre uno monologaba y el otro asenttía.

Era el equilibrio que lograban para sobrellevar "el matrimonio hasta que la muerte los separe"...piénselo...una vez que se daban cuenta que la habian pifiado...no habia otra salida que esa! (de cualquiera de los dos bandos).

A.R.N. dijo...

lo de felizmente casado es un termino heredado. relaciona la felicidad con el casamiento. y no es asi. la felicidad es un estado interno e individual.

Anita la bibliotecaria dijo...

uh! conosco un par de casos como el del pobre Alberto. Que feo llegar a eso,no?
Si Alberto le dijera q lo tiene podrido? la mujer le pide el divorcio? o queda viuda como la amiga?.
Se nota q Alberto tiro la toalla,pobre me dio pena.

Cariños

Cristina dijo...

Impecable su descripción de la escena, como de cinematográfo le diría. Tanto, que Alberto me parece un gran actor. Por un rato hace el papel de atribulado marido, deja conforme a su señora monologuista y después seguro que dedica el resto del día a perderse en zonas oscuras y turgentes. Pobre esa señora, tan culta y engañada. Hay hombres que no saben valorar lo que tienen en casa.
Por suerte a mí no me pasa, nocierto? Decile, Arnaldo,decile al señor Yoni.

Pablo dijo...

La media sonrisa, la resignación... ¿no sé fijó si Alberto estaba tomando whisky a las 10 de la mañana?

cleopatra dijo...

Uf, es muy duro...a algunos les parecerá gracioso, a mi no ¿Y sabés por qué?

Porque no se pueden acumular días que se hacen meses y años, así, soportando, dejando pasar sin aventurarse a dejar de ser doméstico.

(Decile a Alberto -si lo volvés a ver, de mi parte, si querés- que es mejor que diga basta aunque sea alguna vez...)

Te beso
P.D.: Increíble forma de escribir...te felicito

Martín dijo...

A mi también me gusta imaginar la gente, la diferencia está en que mi imaginación vuela mas bajito. Lo felicito, me gustó mucho.

Julieta dijo...

Pobre Alberto, es patética la resignación que se adquiere después de tantos años de estar juntos..Por qué no le dice directamente, no me acuerdo ni me interesa acordarme!, sería más leal..
Muy bueno lo tuyo como siempre, excelente diría..
Saludos

Anónimo dijo...

Me asusto yoni que me haya resultado tan familiar, incluso en los detalles pequeños, pavoroso.

La candorosa dijo...

Una "Tragicomedia" la vida de Alberto, eh!! Imaginemos días enteros de monólogos y monólogos... ¡¡auxilio!!

Son esa clase de hombres que, cuando fallecen, todos dicen: "-¡¡Ahora SÍ descansa en pazzzz!!"

Abrazotes!!

La condesa sangrienta dijo...

Posiblemente, algún día, ud. pasará a formar parte de esa legión.
Decile Alberto, contale a Yoni!

Viejex dijo...

No soy un experto en la materia, pero creo que los budistas afirman la liberacion del sufrimiento consiste en abolir el deseo. Algo me dice que Alberto está en eso, aún sin saberlo.

Anónimo dijo...

modestamente, creo que Alberto la tiene reclara, ni se gasta en asentir ya, total ella ni se da cuenta






el post anterior terminó en amenaza o soy yo que estoy muy sensible?

Estrella dijo...

Qué bien contado, yoni!
Hay Albertos por todos lados, pero sobre todo, hay más Albertos que Albertas, ¿por qué será?

Escuchar conversaciones de las mesas de al lado es una de mis especialidades!

Qué rico: ¡medialunas!

Mariela Torres dijo...

Bien que hace Alberto, yo si fuera él haría lo mismo. Claro yo no soy Alberto, ni soy hombre, ni mi marido es como la mujer de Alberto. Pero bueno, usted me entiende de esto estoy segura, si no, no lo diría.

Saludos.

Rebeca dijo...

Pero que poder para retener un cuadro Sr. Bigud!!!! Lo felicito!! Ahora en cuanto a Alberto creo que es mas feliz de lo que parece. Si, puede ser que sea un pobre infelíz que ya no soporta a su señora. Pero también creo que la quiere con sus defectos así como ella lo quiere mudo a él.
Un matrimonio SIEMPRE se hace de a dos.

(Apartado: ¡Entregue la paleta Sr. Bigud porque no me voy de acá)

Besos!

Cris dijo...

Siiii , sabe cuàntos Decile Alberto hay , mi Diossss , ahora yo me quedo con otra cosita , no quiero ser indiscreta , pero ... Usted Sr Bigud se la pasa " de Boliche en Bolicheee ??, a la mañana medialuna , los viernes vinito ....que mal la pasan los pobressss " : decile "ALBERTO "
Saludito
Cris//mujeresdesincuentay

Canoso dijo...

Señor Yoni:
Avísenos cuando Alberto abra la boca porque será una ecatombe nuclear que arrasará con todo y en especial, con su mujer...
Lo del culo (se puede decir culo aquí?) y el cuadro es magnífico.
Un saludo!

Canoso dijo...

Sí, "hecatombe" va con"H"...

Damaduende dijo...

No se haga mala sangre, Carugo, que seguro que Alberto no iba a decirle nada.

Yoni Bigud dijo...

Guada: Escucho, sí. Es un vicio que no me puedo quitar.

Passion: La paciencia no es lo mío, está claro. Muchas gracias a usté.

Señor F: Su abuelo era un sabio.

Señor F: Su abuela también.

Winter: Es una posibilidad. Muchas gracias a usté.

Winter: Es una posibilidad. Muchas gracias a usté.

Marina mamá: En cualquier caso, Alberto está en problemas. Agarre una medialuna.

Stella: Callar y asentir es lo que indica la página uno del manual del marido sometido.

LadyMarian: Sin embargo yo pienso que el monólogo y la felicidad no son incompatibles. Muchas gracias a usté.

Belugar: No, lo mejor en estos casos es no intervenir. Como el fotógrafo que capta la vida de los animales africanos.

Gaucho: Es duro, sí. Lo supongo.

Mona: Me refiero a las paletas grandotas. Las de colores. Esas que nosotros también denominamos paletas. Yo no me ando con chiquitas.
Coincido con usté en lo de la felicidad.

Alelí: Siempre hay que matizar con algo acidez. Muchas gracias a usté.

Any: Venga, siéntese. Coma unas medialunas, yo invito. Muchas gracias a usté.

LadyMarian: Siempre se puede pedir más, pero no hay que esperar demasiado.

eMe: Es una posibilidad, lo admito.

eMe: Puede ser. Un poco en broma y otro poco en serio.

LadyMarian: Todos tenemos un Alberto en el fondo del corazón.

Mona: Disciplina ante todo. A veces hay que gastar alguna palabrita para no pasar por desinteresado.

LadyMarian: Ahí ya se entusiasmó.

Magah: La costumbre es una fuerza poderosa. Muchas gracias a usté.

Mostro: Ya me parecía que no podía ser.

Samain: El bolsillo justifica muchas cosas.

biayo: Bienvenido. No es un pecado ser un Alberto.

Anavril: Una salida elegante podríamos decir. De algún modo hay que tirar para adelante.

A.R.N: Es cierto. Es solo una fórmula.

Anita: Hay cosas que es mejor no decir nunca.

Cristina: Bienvenida. Deje a Arnaldo tranquilo, usté sabe que no le pasa. Con eso basta. Muchas gracias a usté.

Señor Pablo: No, no estaba tomando nada. Su mujer no lo deja.

Cleopatra: Transmitiré su mensaje. Muchas gracias a usté.

Shimmy: Muchas gracias a usté.

Julieta: Hay cosas que es mejor suavizar. No decir. O decir a medias. Muchas gracias a usté.

leandro: No se de por vencido.

Candorosa: Es de esa clase de hombres, claro está. Muchas gracias a usté.

Condesa: Es una posibilidad que no puedo desconocer.

Señor Viejex: Yo creo que Alberto ya consumó.

Laura: ¿Amenazar yo? Le habrá parecido.

Estrella: Muy cierto. Hay más Albertos. No puedo explicar la razón. Muchas gracias a usté.

Mariela: La comprendo perfectamente. Muchas gracias a usté.

Rebeca: Tiene razón. Se hace de a dos. Sin el uno no existiría el otro.
Tome, acá tiene, pero no se la coma toda que le va a caer mal. Muchas gracias a usté.

Cris: Shhhhh... que últimamente esto lo lee mi mujer.

Señor Carugo: Cuando abra la boca no estaré cerca, se lo aseguro.
Se puede, sí. Solo por tener su título de "Señor" usté tiene carta blanca. Igual que los otros Señores. Y todas las señoritas, por ser damas.

Señor Carugo: Un detalle menor.

Guada: Téngalo por seguro.


Un saludo.

Briks dijo...

como me gusta escucharlo decir "CULO" !


si, si, a UD

si Alberto no abrió la boca

Jazmin dijo...

Yo jamás le haría algo así a Alberto.

Estarle al lado 30 años, digo.




Una rutina que sí soportaría de por vida, es leer sus escritos, Sr. Bigud, que se superan día a día.
Si no comento y sólo hago gestos con los brazos sobre mi prominente panza, no se sienta ignorado, no señor, eh.

Lelé dijo...

Creo que usted estaba sentado al lado de mi mamá y mi papá.

Almafuerte dijo...

Que maravilla, es una caracterización tan exacta que es casi como si los estuviera viendo...

En casa los tenemos identificados a ambos. A "Decile, Alberto" lo llamamos Consumido, familiarmente "Consu". Ella es Casquete, por el peinado.
Tenemos muchas anécdotas de Casquete y Consumido, los hemos visto en todas partes del país. Y el gran desafío es no convertirse en ninguno de ellos.

Marina Judith Landau dijo...

Estoy segura de que todos hemos presenciado situaciones como esta, pero nadie las puede escribir como usted.
Genial. Cada día escribe mejor.
Disculpe mi cholulez, pero ¿cuándo va a presentar sus escritos a un concurso, cuando los va a llevar a un editor??
Un abrazo.

Minombresabeahierba dijo...

Todos tenemos a un Alberto en el rincón del corazón...

abrazo

Yoni Bigud dijo...

Señor Briks: No me diga que no siente la libertad de este espacio.

Jazmin: Mire que los Albertos terminan atrapando. Muchas gracias a usté. Haga todos los gestos que desee, de más está decirlo.

Lelé: Oh.

Almafuerte: Me gusta eso de Casquete y Consumido. Es muy gráfico. No se tome el desafío muy en serio, uno nunca sabe...

Marina: Muchas gracias a usté. Estamos juntando para editar, pero venimos un poco atrasados. En cuanto a los concursos, alguna vez he participado, pero sin demasiado éxito, como era de esperar.

Minombresabeahierba: Todos, sin excepción.


Un saludo.