Síntesis del post: Carlitos. Mal comportamiento. Descontento general. Delirio onírico. Justicia. Reflexión.
Carlitos, quedate quietito, haceme el bendito favor. Eso le dice la mamá. A Carlitos, por supuesto.
Pero Carlitos es uno de esos niños que no se tutean con las advertencias maternas. Sus actos cotidianos suelen transformarse en osadas exaltaciones de la libertad; inauditos desafíos; pequeñas reivindicaciones de lo prohibido.
La gente –a la clientela me refiero- observa escandalizada mientras el odioso infante toquetea las latas de arvejas, olfatea los frascos de aceitunas y pasa la lengua por el vidrio del mostrador de los quesos. Sin embargo, lo que en realidad indigna, si se me permite la inferencia, no es su vasto repertorio de ilícitos sino la tibia moción de orden impulsada por la dama encargada de su educación.
Lo que Carlitos necesita no es andar concediendo favores benditos en un almacén de barrio. Es más bien un baño de autoridad. Un baño frío. Muy frío. Helado. Repentino. Un oportuno castañazo de revés que lo deje sintiendo los latidos de la mejilla por un período de doce a veinticuatro horas. Un sopapo justiciero. Público. Ejemplar. Un mojón recordatorio de su expedición a la frontera última de la paciencia. Eso necesita.
Carlitos, quedate quietito. Es un minuto nomás, ya pago y nos vamos. Eso le dice la mamá. A Carlitos, por supuesto.
Pero Carlitos no se digna a recibir el mensaje, por lo tanto la escena inicial se repite a pesar del descontento del público presente.
En rigor de verdad, yo tampoco logro reprimir el sentimiento negativo que me produce el mocoso. Si alguien me observara con detenimiento, seguramente percibiría sin problemas la mueca de odio que debe estarme frunciendo el rostro, sobre todo en la zona de la frente y los pómulos.
Me dejo llevar por un fugaz delirio onírico gracias al cual logro el objetivo de abstraerme del Carlitos real. Del Carlitos sustancial. Mientras tanto el Carlitos imaginario –imaginado sería un término más apropiado- sufre toda clase de torturas entre alaridos y llantos. Mendiga la presencia de su madre y promete revisar todas y cada una de sus irritantes conductas en un futuro inmediato. El más inmediato.
Y de pronto el llanto de Carlitos. Del Carlitos real. Del Carlitos sustancial.
Lleva el rostro cubierto de aceite y huele como a anchoa, a sardina o a boquerón. Es evidente que de alguna forma se las arregló para introducirlo dentro de uno de los recipientes que contienen a estos simpáticos representantes de la fauna marina, y que se encuentran expuestos sobre el mostrador del fondo. Talvez se patinó. O quizás fue adrede. En este momento da lo mismo. Lo importante es que la gente –a la clientela me refiero- celebra el incidente. Es un festejo sobrio, de más está decirlo. Son apenas muecas. Alguna que otra risita sigilosa. Pero nada más que eso.
¿Qué pasó Carlitos? ¿Qué hiciste? Eso le pregunta la mamá. A Carlitos, por supuesto.
Pero Carlitos produce una respuesta ininteligible, ahogada en sus propios sollozos. Y justo en el instante en que logra la calma necesaria para dar el parte, aparece en escena un gordo que clava dos ojos furibundos sobre su diminuta humanidad. Viene desde el mostrador del fondo, así que, por lo menos para mí, el hecho ha quedado completamente esclarecido.
Carlitos vacila entre la denuncia y el silencio, y finalmente opta por esto último. Baja la mirada y repite una y otra vez la palabra ‘nada’ hasta que su madre se rinde.
Carlitos, quedate quietito mientras pago. Eso le dice la mamá. A Carlitos, por supuesto.
Y Carlitos obedece. Y sigue oliendo a anchoa, a sardina o a boquerón. Y la gente –a la clientela me refiero- celebra con sobriedad. Apenas muecas y alguna risita. Y los ojos furibundos del gordo no dejan de mirarlo. Y yo me abandono a un delirio onírico más pacífico. Más placentero. Porque sé que a veces, solo a veces, si uno lo desea mucho, un simple sueño puede convertirse en realidad.
Tengan ustedes muy buenas noches.
PS: El miércoles a las cero horas publico mi artículo en MIB. Arderán en el infierno quienes… bueno… ya lo saben.
42 comentarios:
Ahhhhh esas "madres parsimonia" me provocan violencia...
"Carlitos, mirá que me levantoooo ehhhh" (sin mover el traste de la silla). Grrrr
La mejor solución la tenía mi madre, que me decía "te voy a meter la cabeza abajo del agua tres veces, y te la voy a sacar dos".
Le aplicaste el "Telecomando mental" y a Carlitos, le tronò el escarmiento!
Yo lo estoy practicando para aplicarlo en el Congreso de la Naciòn, pero todavìa no me sale.
(Carlitos, me hizo acordar a "Borromeo", el que hacìa de hijo de Calabrò!)
saludos
jajajaj
ajaajja
ajjajaja
jajaja
a eso le llamo JUSTICIA!
Excelente Yoni. Hacía tiempo que esperaba uno de estos escritos suyos, de los que me hacen caer lágrimas de risa.
Y a Carlitos, como usted dice, un soplamoco bien puesto y no mueve más un músculo.
Me gustó la amenaza de la madre de Nefertiti, muy creativa la señora, habrá sido de temer como impartidora de disciplina.
Yo me apego al famoso: "cuento hasta tres...a la uuuna..." y por ahora funciona.
un saludo querido...
P.D.: la foto de las anchoas es nauseabunda...bien elegida para imaginarse la cara Carlitos ahí adentro.
no me parece que el destino haya actuado con justicia, la empleada que tuvo que ir a limpiar el aceite del piso, el duenio del almacen que perdio sus pescados. hubo mas damnificados que carlitos y la mama. besitos
jajajajajaaaaa! que bueno ver eso el castigo a ese pendejo ! una patada voladora en el medio del culo! ayyyy odio esa clase de pendejos! no tengo paciencia, es que no hay necesidad de llegar a eso, mi hija es y siempre fue lo menos caprichosa y molesta posible! grrr madres y padres imbeciles!
que bueno Yoni, por favor imaginame a mi millonaria, a ver si pasa lo mismo que con Carlitos.
me mato la parte donde imaginabas a carlitos sufriendo! jaja
excelente post me hiciste reir mucho
beso
Los pequeños querubines de ese estilo me ponen nerviosa. Muy nerviosa. Los nervios me resultan en una ansiedad y la ansiedad en una ira irrefrenable. Es decir, le hubiese gritado como una loca mientras lo sacudo por los hombros, hubiese sido mi respuesta. Digamos, en términos más bien infantiles, que si yo hubiese sido Goku, se me hubiesen puesto los pelos amarillos y de puntas. ¿Se entiende?
Lo bueno es que muchas veces la vida hace justicia por mano propia.
Salú
Me encantaaaaaa tu rabia contenida, pero yo pongo todas las fichas de que Carlitos es así, gracias a la madre. No hay vueltas.
Me encantóooooo
Te beso Yoni
Buenísimo post. Me encantó, sobre todo por la justicia. Detesto esa clase de niños, y esa clase de madres también. La mía sabía conseguir que sus vástagos se quedaran quietitos a su lado sin tocar nada.
Saludos.
Odio a las mamás de Carlitos que suelen decir también 'mirá que la señora se enoja, eh?' buscando nuestra mirada en una suerte de complicidad o conmiseración.
(una vieja tía les pellizcaba disimuladamente el lóbulo de la oreja a esos Carlitos que, sorprendidos, ni atinaban a reaccionar jajajaj)
Buenísimo post, como siempre
Yo tengo una sola palabra para los niños como Carlitos: CINTO.
Encuentro que a quien hay que meterle la cabeza en la barrica de anchoas es a la señora madre.
El niñato no es más uqe un emergente.
besos!
Quiero imaginar que la madre de Carlitos no se la llevó de arriba, digo, ya que por los destrozos con el frasco de anchoas ¿lo habrá pagado, no?
Esas madres y esos niños merecen "sosegates" inolvidables, pues, lamentablemente abundan y siguen como si nada pasara...
Saludos!!!
Qué quiere que le diga, su relato me ha hecho recordar a (y reir tanto como) Macedonio Fernández. Me quito el sombrero, reverencio su texto y me quedo en mi delirio onírico, eso sí, algo más silencioso, puesto que lo torturaría también pero, antes, le cortaría las cuerdas vocales. No me gustan las mariconadas lloronas. Abrazo.
Ah, celebérrimo señor Bigud, como puede ver, ha tocado un punto sensible del intercambio social. Para mí, ambos dos deben ser pasados por el balde de anchoas. Y no imaginariamente.
Excelente texto. De esos más marechalianos que nos regala de tanto en tanto.
Odio profundamente a los Carlitos y a las madres permisivas de todos los Carlitos.
Deseo mucho, profundamente, que mi pequeño retoño nunca llegue a ser un Carlitos, porque me odiaré a mi mismo.
Su relato, Donyoni, casi una imagen.
Le mando un abrazo.
Nooo pobre Carlitos, me termino dando lastima, un fiel reflejo de su madre debe ser...
Y me recordó a Borromeo un personaje de Calabromas, (si la edad lo acompaña como a mi)
Un abrazo!
Las madres de los Carlitos merecen un buen escarmiento. Los Carlitos merecen una semana con mi madre.
"Te saco bueno o te mato en el intento" solía decirme. Jamás obró violentamente, pero me obligó a desarrollar el superpoder de la invisibilidad luego de cada buena cagada.
¡Yo quiero ir al baño de Carlitos!
Me enferman esos nenitos maleducados, pero mucho más me enferman las madres que dicen , no lo puedo retar porque "pobrecito, se pone nervioso"..Me gustó como funcionó tu control remoto, a veces nuestros deseos se hacen realidad.
Saludos
y digo yo, Carlitos es el culpable? él tiene la culpa de tener una madre que habla de más y no actúa? (y no me refiero a ningún sopapo, por supuesto) él es culpable de tener una madre cómoda que prefiere gritar o amenazar en vez de educar?
mire, no soy partidaria de los sopapos ni de derecho ni de revés, diga que mi nonna ya está "mayor" que sino se la prestaba un ratito a esa señora va a ver cómo le sugiere un par de ideas para educar al mocoso sin ejercer violencia física
Porqué siempre tiene que haber un niño "Carlitos" metiendo las narices donde no le mandan a las ordenes de una inoperante madre?
Le admiro por ser capaz de no perder la paciencia en semejante situación, yo no podría... no podría...
No, definitivamente no podría...
Saludos cordiales.
Un "Te dejás de joder Carlitos!" con tono enérgico acompañado de una mirada penetrante como la de mi mamà, y Carlitos se quedará quietito y sin traumas.
Impecable relato, hasta se le sentía el olor a Carlitos y a la pescada de la madre!
El problema es la madre, no Carlitos. Hay cosas peores que las que hizo Carlitos, por ejemplo destruir cosas ajenas, molestar a otros chicos. Antes cuando un adulto extraño los retaba (por ejemplo al patotear a otro nene en la plaza) se calmaban. Ahora ni siquiera.
Con mi hija mi método es contar hasta 5 para que se calme. Después viene la advertencia de la penitencia (quedarse un día sin TV, compu, un libro nuevo, etc.) e ir agregando días hasta que se le pase. Ojo! Las penitencias SE CUMPLEN sí o sí. No le pongo penitencias que después no voy a poder hacer cumplir. A lo sumo puedo reducir los días.
Usted pregunta si me sirve? No sé, sigue haciendo lo mismo pero en casa. Por lo menos la gente no me odia porque la dejo hacer lo que quiere.
Carlitos me suena a nombre de típico chico revoltoso.
Lo que pasa es que a Carlitos se lo debió educar antes, a estas alturas no quedan muchas opciones...
No es necesaria la violencia física si hay temor infundido y respeto por los límites tácitos. Hay cosas que se sabe que se pueden hacer y otras que no. Y no es cuetión de edades, los Carlitos ya distinguen el bien del mal!
ufff me salve de arder en el infierno xq primero pase por el MIB.
Coincido q el tal Carlitos necesita un correctivo URGENTE y en público.
Menos mal q alguien hizo justicia, a no ser q ud de manera telepática le tiro el frasco de sardinas en la caripela del niño, en todo caso es justicia al fin.
Cariños
Me siento exactamente de la misma manera que las personas que estaban allì esperando que Carlitos (y no podìa llamarse de otra manera, con el perdòn de los susodichos)recibiera un correctivo ejemplificador.
Ahogo mi risa, bah, las carcajadas que me provocaron esas anchoas flotando en la cabeza de esa criatura literalmente rompe pelotas.
Buenìsimo! Y siga soñando Sr Yoni!
Nefertiti: La de su madre era una gran solución. Excelente frase, magnífica amenaza.
Gaucho: El paralelo con Borromeo es innegable.
Voy a seguir puliendo el telecomando mental. Es un arma formidable.
Alelí: Justicia humana. Y marina.
Ouchurus: Muchas gracias a usté. Yo también suelo contar hasta tres, con resultados más o menos aceptables. Ahora -quizás- le ha perdido un poquito el respeto, y cuenta conmigo.
En fin...
A.R.N: Yo creo que tienen que ir a la cola. Son créditos quirografarios.
Nurs: Bueno, me la imagino millonaria, pero si se da me tiene que dar un 20. Un 30, perdón.
Muchas gracias a usté.
Samain: Y con la carita de buena que tiene...
¿Ah cómo? ¿Ya se lo dije?
Perdón, hoy me olvidé de tomar el Alopidol.
Cleopatra: Yo juego las mismas fichas que usté. No son pocos los que reclaman anchoas para la madre.
Muchas gracias a usté.
Mariela: Muchas gracias a usté. Nosotros éramos cuatro. Cuatro varones. Y se nos aplicaba una disciplina cuasimilitar que daba muy buenos resultados.
Condesa: Mirá que la señora se enoja, mirá cómo te mira la señora, a la señora no le gusta lo que están haciendo, la señora se va a tapar los oídos si seguís diciendo esas cosas.
Un repertorio oprobioso. Tiene toda la razón. Esas sí que merecen la hoguera.
CONTINUARÁ...
Señor Renegado: La palabra justa, como es habitual.
Mona: Ya somos varios.
Candorosa: Veo que la madre sigue sumando adhesiones. Ya somos un ejército.
Javier: Muchas gracias a usté. Cada cual imagina los castigos que mejor le acomodan.
Señor Pablo: Eso, justicia para todos. Basta de impunidad. No uno u otro. Los dos.
Muchas gracias a usté (demasiado apellido para mí).
Shimmy: Odie tranquilo. Y sepa utilizar el látigo a tiempo. Eso es todo.
Muchas gracias a usté.
Petardo: Me acompaña, claro que sí. Borromeo es un paralelo muy atinado.
Un gran corazón el suyo. Lo último que cruza por mi mente es la lástima.
Muchas gracias a usté.
Gregorio Kolbe: Se suma entonces al ejército de los que queremos justicia para esa madre.
La frase de su madre está muy bien. Hay que trazarse metas.
Muchas gracias a usté.
Julieta: Otra que se suma al ejército. Mañana temprano salimos a buscar a esa madre para un linchamiento público.
Muchas gracias a usté.
Laura: Es tarde. Aquí ya toda la platea pide los sopapos. Para madre e hijo.
Apártese, yo sé lo que le digo. No sabe cómo se ponen...
Elvis: El gordo tampoco pudo.
Cristina: Los niños de hoy son más desafiantes. Yo sé que hay dudas, pero hay que tener preparado el sopapo.
LadyMarian: Pero entonces los suyos son cuidados paliativos. Su hija sigue en sus posturas, pero tiene un poco más de pudor. Endurezca esas penitencias.
Etienne: Puede que sea tarde para Carlitos, es cierto. Entonces hay que poner en marcha la maquinaria punitiva, y dejar de lado el esfuerzo educativo.
Anita: Me gusta pensar que fui yo, pero no lo creo.
Muchas gracias a usté.
Magah: Entonces Carlitos nos ha dejado a todos satisfechos. Muchas gracias a usté.
Un saludo.
Justicia telepática! Muy bueno!
A la madre la cagaría a pedos, cuando ando conectado con mi Charles Bronson interior se me da por llamarle la atención a las madres laxas que dejan a su prole vagar buscando límites en lugares ajenos y gente similar.
Saludos
Ahjajajjajajajjajjjjjjjjj, a veces, solo a veces, el universo se apiada y permite que tenga lugar un pequeño acto de justicia. Aunque en este caso para que hubiera sido un real acto de justicia, algo horrible debería haberle pasado a la madre, que es la responsable de la insoportabilidad de Carlitos.
Pensar que mi vieja nos manejaba con la mirada nomás ... altri tempi.
Abrazos
Yoni, me hizo reir mucho. Creo que alguna vez mencionó que tengo cara de buena... me lo va a hacer creer!
Y... 32 (14+18)
Hay Don Yoni , NO HABRÀ SIDO USTE ?? , no no ,fue un lapsus , Ustè no serìa capàz , pero .....y si Carlitos era alèrgio al pescado que bolonkiiiii , ademàs de pesado ,Hinchado , mi Diò.
Saludingui
Cris//mujeresdesincuentay
Usted a veces pasea por mi barrio, así que está al tanto de que Carlitos vive al lado de mi casa. Una vez màs leí su post en voz alta mientras mi marido lavaba los platos. Se nos ocurrió una idea: imprimir su relato y dejarlo debajo de la puerta de nuestros vecinos.
Para hacer los sueños realidad es cuestión de entrenamiento y disciplina, mucha disciplina.
Como Carlitos (el otro) que sin que nadie se diera cuenta le aceitó la cara a Benvenutti.
Claro, no fue ayer en el almacén del barrio, sino en 1970 en Roma; pero estan sólo una diferencia sutil en las paralelas de la vida.
Abrazo.
Tenía que llamarse Carlitos!!!
(si hasta escuché la voz de mi mamá diciendo no toques eso...)
Un abrazo!
Aunque comparto la sana afición de pasar la lengua por el vidrio del mostrador de los quesos, la madre de Carlitos merece que a su hijo lo ensarten en el agujero del que salió. Eso también va por el padre, que no se haga el gil, que también le salió a él y por un agujero más chico.
Hablo por mí pero muchos compartirán el deseo (a la clientela me refiero).
Excelente relatazo, Yoni.
¡Salud!
Es la primera vez en mi vida que leo sobre anchoas justicieras! Wow! Y uste´dice que saltaron del barril, agarraron a Carlitos, y lo metieron para adentro?! Donde es que queda este mercadito al que uste´va?
Ahora, a la que tendrían que haber agarrado era a la madre de Carlitos, al cabo que Carlitos es sólo un producto de su entorno - y no, si a los veinte sigue haciendo lo mismo la excusa ya no vale -, claro que con lo que le cuesta mover el tujes a esa mujer les hubiera costado muchísimo acercarla al barril.
Me encantó la amenaza de la madre de Nefertiti... Y yo utilizo el mismo sistema que la sra Ouchs "si cuento hasta tres te voy a buscar de una oreja..." y por ahora cuando voy por el "dooooossss..." vienen. Con una cara de ojete importante, pero vienen...
y el número 39 no importa - o quizás para algunos sí - pero me olvidé de marcar el seguimiento así que me lo quedo...
Pablo: Hace falta más de un Charles.
Any: Otra que se suma a la turba iracunda que irá (iremos) a ajusticiar a esa madre.
Samain: No me diga. ¿Lo mencioné?
Samain: Un excelente recurso. Tiene razón.
Cris: No fui yo. No. Le juro.
Lelé: Si mis palabras pudieran servir para mejorar su realidad cotidiana, eso me dejaría más que conforme.
Muchas gracias a usté.
Minombresabeahierba: Glorioso KO. Una combinación inolvidable.
Si todos los Carlitos pegaran como ese, triste destino habría sufrido el gordo de los ojos furibundos.
Señor Carugo: ¿Usté era un Carlitos más?
Muchas gracias a usté.
Sir Lothar: Son varios los que comparten su sentir. Casi todos los que han comentado. Estamos formando una verdadera turba iracunda para ajusticiar a esa madre.
Muchas gracias a usté.
Guada: Súmese al ejército. La madre ha sido la gran villana de este artículo.
Yo también apelo a contar, pero amenazo con otras cosas. No tanto como la madre de Nefertiti, pero...
Guada: Oh.
Un saludo.
Ja ja ja, muy buen post, se hizo justicia.
Mientras intento comentar, los Carlitos vecinos están gritando y haciendo ruidos variados y molestos. Su madre seguramente estará mirando televisión. No puedo evitar tener malos pensamientos...
Un beso.
¡¡¡JAJAJA!!! Me encantooooooó, pienso exactamente igual. Mire, lo invito a visitar en mi blog "BAÚL SIN TAPA", link: http://blogs.clarin.com/curioseando/
en el cual subí un post parecido al suyo, titulado LA GENERACIÓN DE LAS GÓNDOLAS. Bueno, si quiere, si no tiene tiempo, no importa. Un abrazo!
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