Extraña sucesión de infortunios que, poco a poco, fueron minando mi voluntad hasta transformar aquel viejo anhelo de triunfo en esta pacífica convivencia con el fracaso.

miércoles, 18 de julio de 2012

Y ENTONCES AMARTE


Síntesis del post: Motivos de esta larga ausencia. Teoría. Extenso trabajo de campo. Romeo y Julieta. Descripciones. Poesía moderna. Intervención. Estrategia exitosa.


Asumo, así, en tren de imaginar, que en este mismo instante estarán ustedes preguntándose por los motivos que me han mantenido alejado de este humilde rincón virtual. Y en rigor de verdad no se trata solo de asumir: más vale que así sea, que de veras la intriga los mantenga al borde del asiento comiéndose la uñas y releyendo viejos artículos en busca de una pista sobre mi paradero, porque la introducción del presente artículo (cuando no el artículo completo) se encuentra destinada a brindar acabados fundamentos de esa misteriosa, sorpresiva e injusta desaparición. Y como si eso fuera poco, pienso explayarme a gusto y placer. Así que ya lo saben, no son bienvenidas las quejas referidas a la extensión del relato. A llorar al campito.

Ahora aguardamos unos segundos silbando alguna melodía que nos llene el alma para que aquellos que no estén interesados en los motivos de mi ausencia puedan retirarse del recinto.

¿Cómo dice?

No sé, ponga un poco de imaginación, caramba. Puede ser alguna cazonetta napolitana, un aullido de los Wachiturros o un tema de Guns n Roses. Lo mismo da. La cuestión es llenar el tiempo mientras se retiran los aludidos en el párrafo precedente. Y dicho sea de paso, recuerden que no se pone ausente y que en el examen final se toma solo lo que aquí queda escrito.

Bien, ya puede parar de silbar.

Que pare le digo. Basta.

Un amigo me dijo, hace un par de meses y entre copas, que cuando uno presencia el nacimiento de un amor genuino e indestructible mejora ostensiblemente la marcha de sus negocios. En pocas palabras, que le entra más dinero en el bolsillo. Una teoría no exenta de esoterismo, algo de magia y una pizca de superstición, aunque dadas mis circunstancias actuales, el tema se transformó velozmente en una obsesión que me sumergió en una búsqueda ajena a todo parámetro lógico. Confieso que abandoné todos mis asuntos literarios a favor de un trabajo de campo que bien podría no haber acabado jamás. Sin embargo, gracias a mi perseverancia y a una imaginación de características tropicales logré cumplir con mi cometido en un tiempo más o menos aceptable. Dos meses no es poco, pero ciertamente no es una vida. En fin… hoy por hoy puedo afirmar sin temor al error que haberme convertido en testigo presencial de un amor en pañales fue el desafío más complejo que me tocó afrontar a la hora de sentar las bases de un futuro artículo, pero ello encuentra una justa compensación en el resultado obtenido, de por sí extraordinario.

Ahora a lo nuestro sin más, que el camino es largo y el tiempo apremia.

Corren los primeros días del mes de junio y nuestro Romeo es uno de los varios candidatos que tenemos en estudio, aunque la intuición nos indica que bien podría transformarse en la materia principal de ese relato cuyos primeros trazos —un poco a ciegas— ya hemos comenzado a garabatear. Cada mañana lo seguimos (siempre a una prudente distancia) mientras se dirige presuroso a los brazos de su Julieta, que aguarda paciente asomada a un balcón ubicado en el primer piso de un modesto edificio de la calle Guayaquil.

Bueno, para ser franco, su destino final no son justamente esos brazos. En realidad no los conoce más que de vista. Pero sí es cierto que el mencionado balcón le queda de camino hacia la parada del colectivo, y que siempre le dedica algunas loas a la dama.

Es un joven de unos veinte años, mediana estatura, flaco, algo desgarbado y con unos pies insólitamente grandes. No es muy agraciado, es cierto, pero la disposición enmarañada de su cabellera sumada a algunos adornos de los que se cuelgan en las partes blandas y otros que se pintan sobre la piel ayuda a disimular esa desventaja. En síntesis, se puede decir que está en posesión de algún que otro recurso apto para la conquista, aunque no le sobre nada.

En lo referido a Julieta, estimados, el ejercicio descriptivo se torna un poco más áspero, así que daremos comienzo con sus puntos flacos para acabar salvando la ropa con las virtudes más destacables. La niña —porque es una niña— también ronda los veinte años. Sin embargo un macabro conjunto de azares genéticos se ha dado cita en su rostro arrojando un resultado bastante pavoroso. Sin duda heredó los más desafortunados rasgos, las peores características de vaya a saber cuál o cuáles ancestros. Frente cóncava de amplia superficie y una única ceja superpoblada que la atraviesa de parietal a parietal. Los párpados se pliegan sobre los ojos propiamente dichos en la parte exterior, presionando cada globo hasta generar una sensación de estrabismo que en el fondo es solo ilusoria. Sí, parece bizca pero no es. Sigue un desmesurado y ganchudo aparato olfativo, y por último una dentadura equina enmarcada en unos labios finísimos que, lejos de contenerla o atenuarla, la desnudan en toda su dimensión. Todo ello coronado por una cabellera negra, lacia y con flequillo, al mejor estilo Cleopatra.

¿Cómo dice?

Ah, sí, horrorosa. Pero al sur del cogote, estimado, sepa que el asunto cambia en forma bastante radical. Tenemos una figura de celestiales proporciones. Pechos redondos y firmes, de tamaño muy satisfactorio. Caderas moldeadas. Ombligo decorado con alguna clase de brillante, siempre al desnudo. Nalgas demandantes y piernas esculpidas de ingle a tobillo a base de largas horas de gimnasio. Una gema de esas que no requieren de un ojo entrenado para ser apreciadas.

Entonces, decía, nuestro Romeo concurre presuroso (en realidad pasa rumbo a la parada) y esgrime su poesía al pie del balcón. Una poesía moderna, discutible desde la ortodoxia, pero al fin y al cabo efectiva en términos generales. Frases tales como ‘bajá conchuda, y vas a ver’, ‘desde acá abajo te veo las tetas’ o ‘qué bien venimos de ancas’ producen un efecto hipnótico en la aludida dama, y uno no es quién para andar discutiendo la táctica si al final de la jugada la pelota acaba en la red.

Sin embargo pasan los días sin que se produzcan los avances deseados. Deseados por mi bolsillo fatigado. La poesía de nuestro Romeo arranca radiantes sonrisas (¡esa dentadura, por Dios!), pero no va mucho más allá. Julieta no corre escaleras abajo para arrojarse a sus brazos. No hay la más mínima expectativa de un beso. Y por lo tanto no se concreta ese amor que todos (los tres) alentamos en lo profundo del pecho (¡esos pechos, por Dios!).

Corren los últimos días del mes de junio y nuestro Romeo es ya el único candidato en pie. El único elemento con la posibilidad de un amor. Un poco estancada, lo admito, pero viva. Y estos casi treinta días de reflexión detrás de los vidrios polarizados de mi vehículo me han hecho caer en la cuenta de su error, por cierto garrafal. Un error de principiante que se produce, quizás, porque de hecho es un principiante. Y debido a ello es que decido abandonar mi condición de tercero imparcial, de observador foráneo, de espía prescindente. La idea es orientarlo hacia la obtención del resultado para habilitar al mismo tiempo esa milagrosa recuperación patrimonial pronosticada por mi amigo, así, entre copas.

Nuestro Romeo fracasa porque concentra sus elogios en las fortalezas de Julieta, y no en sus carencias. Así de simple. Así de trágico. Si hay algo que ella no necesita son versos dedicados al poder de fuego de sus pechos o aplausos rabiosos a la redondez de sus nalgas. Sabe que los tiene. Sabe que las tiene. Se lo dicen todos los días. Las utiliza a diario para obtener los más variados beneficios en todos los campos. Es ese rostro, ese macabro conjunto de azares genéticos el que requiere apuntalamiento. Y así se lo hago saber.

¿Cómo dice?

No. No pienso contar en este artículo la táctica que utilicé para abordar a mi candidato. Solo le diré que cuando tengo en juego un interés concreto, cuando la situación exige una acción directa, me sé hacer escuchar.

Corren los primeros días del mes de julio y nuestra pequeña historia encuentra un final adecuado a las necesidades de cada parte. Como no podía ser de otra manera, la estrategia puesta en práctica rinde sus frutos. Detrás de los vidrios polarizados de mi vehículo presencio el instante exacto del nacimiento de un amor genuino y —Dios así lo quiera— definitivo. Nuestro Romeo despliega su nueva poesía y Julieta corre a sus brazos escaleras abajo, poniendo fin al tortuoso trabajo de campo desarrollado por este humilde servidor.

Y hasta aquí lo referido a los tórtolos.

Es menester señalar, para aquellos lectores no demasiado afectos al esoterismo, la magia o la superstición, que en los últimos días he llevado a cabo una serie de maniobras laborales y financieras que, increíblemente y gracias a algunas coincidencias bastante llamativas, poseen altísimas probabilidades de encaminar mis asuntos en forma permanente.

Y ahora que alguien se anime a cuestionarme los métodos o los fundamentos.

Salgo con mi amigo (sí, el mismo), y así, entre copas, le describo sucintamente los magníficos resultados que obtuve gracias a su teoría, al tiempo que le expreso un sincero agradecimiento.

Mi amigo me observa y sonríe extrañado. No recuerda haber dicho jamás una cosa por el estilo. Alza la mano y pide otro whisky —esta vez doble y sin hielo— mientras expone una batería de conclusiones que asumo basadas en alguna lectura reciente.

‘Por lo tanto, la energía que emanan algunos minerales que solo se encuentran en la península itálica contribuye a incrementar el atractivo sexual de los hombres solteros’, me dice sin parar de revolver su quinto whisky con el dedo índice.


Tengan ustedes muy buenas noches.

37 comentarios:

Garriga dijo...

Buenas noches. Realmente buenísimo. Le digo más, hay un punto en que le envidio la prosa. solo un punto, las comas sobran. Ya desearía yo besar a esa julieta. Y apoyo incondicionalmente su teoría. He visto nacer varias parejas y me ha ido bien en los negocios. Ahora hace rato, con esto de la edad, que veo que más bien se ponen disolutas. Es por eso míster que quería preguntarle si no tiene un diez, para la birra Después de leer algo lindo me gusta escabiarme una. Gracias.

Garriga dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mecha dijo...

Qué alegría su retorno! Me atrevo a decir que se lo ha extrañado, o al menos en mi caso.

Algunos puntos a destacar :

1. Usted habla del famoso y nunca bien ponderado "pan bajo el brazo"??? Porque ese dicho es más viejo que la prostitución y tiene más de mito que de esoterismo.

2. Ahora entiendo por qué un caballero, recientemente, alabó mis "fuertes piernas", algo que nunca nadie había alabado antes. Será pupilo suyo?

3. Y las mujeres solteras a dónde tenemos que viajar???

Saludos!

El Gaucho Santillán dijo...

Un gusto llerlo otra vez.


Magnifico relato, como siempre.



Sin embargo, creo que se ha basado usted en mi "Manual para galanes maduros", que escribì hace algunos años.

En èl, hago patente la necesidad de averiguar que cosa hace sentir insegura a la fèmina, y alabar eso. Es una estrategia mas vieja que la injusticia.

Le recomiendo leer el capìtulo 11, titulado "Ùltimo recurso : raje furibundo con bloqueo de mesenger", que ha salvado a tanta gente.


Un abrazo.

Nefertiti dijo...

todo esto para explicarme por qué me gustan los tanos? Caramba...

Anónimo dijo...

groso

Esilleviana dijo...

Vaya!! Sí que has estado ocupado. Ahora entiendo perfectamente tu ausencia. Asesorar a un chico de veinte años para tal empresa, operación y proyecto importante, teniendo en cuenta el físico de su Julieta, es una labor afanosa, peliaguda y muy laboriosa. Que solo una persona tenaz, constante e inteligente como tú/usted ha podido resolver magistralmente jajaja.

Sabes que Etienne tiene a su pequeña Agustina en casa y vuestro bebé como se llama?

Me alegro de leerte y de que estés por aquí, eso significa que todo va bien, recuperando el ritmo inicial...

un abrazo :)

Bee Borjas dijo...

Ahhhh!!! pero así da gusto esperar tanto!
Le confieso que se extrañaba su prosa, su estilo y la naturaleza especial de sus historias.
Jajaja!!! Tiene pensado patentar el método????
Excelente, don Yoni!
Un abrazo y que la fuerza lo acompañe! :)

Etienne dijo...

Me parece perfecto que haya brindado una "ayudita" al adolescente para concretar lo que le venìa siendo esquivo, aunque podrìa haber instaurado con su amigo de copas una pequeña apuesta para ponerle más sabor a la cosa!
Tá bien, dejo de chiflar, pero después no me venga a buscar para tarararear un tanguito!
En cuanto a las redondeces (qué redondeces!) y su contraparte en el rostro, en algún momento tendrá que blanquearle a su amada (tal vez la noche posterior a firmar el casorio) la verdadera calaña adjetiva de su careta, previo haber sacado turno en un cirujano plástico que trabaje con su obra social.
En fin, placer leerlo de nuevo!
Abrazozzzzzzzzzzz!

Yoni Bigud dijo...

Garriga: Le pago la birra, pero si comparte. No me gusta quedarme afuera. Muchas gracias a usté.

Comentario suprimido: Oh.

Mecha: 1- Sí, pero no hablo de niños eh. Solo de amor, que dicho sea de paso, también tiene mucho de mito.
2- Ah, no sé, tendría que verlas para emitir opinión, así que mejor creamos en el elogio sincero. Estoy seguro de que eso fue.
3- Entiendo que a la península itálica.
Muchas gracias a usté. Yo también los extrañé.

Gaucho: Cómo no. Voy a echar un vistazo a ese manual suyo. Nunca renuncio al aprendizaje en la materia.
Muchas gracias a usté.

Nefertiti: Vio cómo soy yo. Vueltero.

Anónimo: Oh. Muchas gracias a usté.

Esilleviana: Ah, sí, estuve ocupadísimo, pero creo que ha valido la pena eh.
Me he enterado de la buena nueva, sí. Me alegra, por supuesto. Y voy a hacer una excepción solo para contarle a usté, sin que los demás lo lean, el nombre de mi pequeña Yoni II: Se llama Penélope.
Muchas gracias a usté.

Bee Borjas: No, yo todo lo que escribo aquí lo comparto sin mezquindades, no habrá patentamiento.
Muchas gracias a usté.

Etienne: Vea, con mis amigos apostamos sobre todo. Siempre. Pero aquí ya estaba de por medio el bolsillo sin necesidad de hacerlo. Esta vez era personal.
Felicitaciones por el agrandamiento de su familia. Que sea con suerte y disfrute.
Muchas gracias a usté.


Un saludo.

VER (VACACIONES EN ROMA) dijo...

Como podrìamos denominar en la jerga legal lo que usted hizo con nosotros...?? abandono de persona, quizàs.?? que figura legal merece esta actitud.??

Bueno si usted piensa que lo quiero hacer sentir culpable, està en lo cierto. Ok. està bien, lo perdonamos dado que escribe siempre con su estilo impecable y el tiempo que ha pasado no lo ha modificado para mal.

Que cosa en la vida nos llena de felicidad y de alegria que no sea el amor, acaso no nos alegramos de ver la felicidad de los que estàn a nuestro lado, claro que el amor trae suerte.

Cuantos interrogantes me ha dejado.

Le dejo saludos y deseos de un buen fin de semana, sea bueno y vuelva pronto.

La condesa sangrienta dijo...

Bueno, espero que el nuevo comentario de su amigo no sea excusa para una nueva ausencia... y viaje a la península itálica, eh?
【ツ】
Muy bueno! un abrazo

A.Torrante dijo...

Mire yo he visto infinidad de películas porno y mi economía no ha variado ni un ápice.
¿Que eso no es amor?
Pero están teniendo relaciones...
Ah, bueno gracias por el dato.
Espero que no se nos pierda de nuevo.

Rob K dijo...

Tremeda historia. Tremenda teoría. (Tremenda esa cara.)

Saludos, Yoni.

Humberto Dib dijo...

En primer lugar le digo que se notó su ausencia, pero uno se acostumbra a no preguntar, tal vez por miedo a que le digan algo que no quiere oír.

Por lo que cuenta, bien vale la ausencia, probablemente yo también me habría ausentado. Mi edad ya me da derechos.

¿Qué material es ese y en qué parte de la península? Porque, una de esas, tendría que hacer un viajecito.

Un abrazo.
HD

Yoni Bigud dijo...

VER: Abandona el que se va y jamás vuelve.
Lo que pienso sobre el amor está todo acá, desperdigado por el blog en forma de pequeñas frases. Supongo que sí, trae suerte.
Muchas gracias a usté.

Condesa: Quédese bien tranquila. Muchas gracias a usté.

A.Torrante: Bueno, no sé, es una de las tantas graduaciones amorosas. Una de las divertidas. En fin...
Muchas gracias a usté.

Rob K: Tremendas gracias a usté.

Humberto: Ah, nada grave se lo aseguro. Trabajo y cansancio mental.
La edad es el aval que tenemos y no siempre aprovechamos.
Le averiguo bien el tema, si es que mi amigo recuerda algo de lo que me dijo.
Muchas gracias a usté.


Un saludo.

Anónimo dijo...

porq será que cada vez que ilustra una situación con algún amigo es con un trago en el medio?

deje, es retórica, no me conteste

no pienso decirle que lo extrañé y menos aún que este posteo valio la pena la espera

ese "bajá, conchuda y vas a ver" resultó de antología. La sola visión de la escena es fantástica

saludos, Don

Anónimo dijo...

y 18...

shhhh

Corina dijo...

Ay que lo extrañé Bigud!
Le digo que con lo del campito me tentó eh....
pero sus textos...
aay sus extensos textos.
Para mí pez oculto,
son como una lombriz en un anzuelo.
Dios bendiga la genética de Yuliet...
Y aca, creo que ya somos varios los que seguiremos los consejos de su amigo wiskero...
Yo recordaba lo de los pañales, sabe? y me imaginaba que estaría envuelto en alguna experiencia láctica, insomne, o de oleos calcáreos...
Experiencia inefable, realmente... El amor mas grande que puede experimentarse.

Le dejo un gran abrazo!
Sepa que sus textos siguen siendo impecables, yo sigo escuchando un "chan chan" al final.

Yoni Bigud dijo...

Laura: Yo sabía que usté, tan amante de los versos, iba a saber apreciar la poesía moderna.
Muchas gracias a usté, por eso que no me va a decir.

Laura: Bien ahí.

Corina: Me alegra poder atraparla de vez en cuando con mi latita de lombrices. Pero trate de no quedar atrapada por los consejos de mis amigo. Yo sé lo que le digo.
Le diré que con los pañales vengo bien. Todo lo bien que se puede venir. No me puedo quejar.
Muchas gracias a usté por sus palabras.


Un saludo.

Zeida Bermúdez dijo...

Está muy bueno. Te sigo.

Dany dijo...

Al parecer el whisky juega un papel importantísimo en esa teoría. Y debido al éxito, presumo más noches entre copas. Con o sin amigos....a veces con fantasmas.

Nuevamente valoro el esforzado trabajo de campo. Es ahí donde ud. rema mejor.

Tómese las licencias y los whiskys que quiera. Pero regrese a contarnos.

Un gran abrazo!

Julieta dijo...

Ante todo vale aclarar que esa Julieta del relato no soy yo, aparte ese Romeo no me hubiera gustado para nada.Y tengo algo màs de 20 años, no demasiados..
Muy buen relato, y ese papel de moderno Celestino te sienta muy bien..
Saludos!!

Yoni Bigud dijo...

Zeida: Bienvenida. Muchas gracias a usté.

Señor Dany: Usted bien sabe cuánto soy capaz de adentrarme en busca de mis fantasmas. Hay cosas que no se curan.
Ya no me tomaré más licencias. No me siento cómodo en silencio. Muchas gracias a usté.


Un saludo.

Yoni Bigud dijo...

Julieta: Justito llegó usted un minuto antes que yo, mientras respondía otros comentarios.
Por supuesto que no era usted. Usted parece de 18, y disfruta de mejores azares. No necesito verla para saber.
Muchas gracias a usté.


Un saludo.

Esilleviana dijo...

Un nombre precioso :))
símbolo de la fidelidad, no de veras, me gusta el nombre.

Mecha dijo...

Cuchemé Don Yoni,
A la península itálica ya fui el año pasado, sola... y nada!

Esto es un fraude!!!!

Julieta dijo...

Ay, dale!! lo mismo le dirás a todas...jajaa

Martín dijo...

"Veni conchuda"
Asi nacen los verdaderos amores!
Que bueno leerlo nuevamente.

Guillermo Altayrac dijo...

Muy bueno, señor.
Que sus negocios lleguen a buen puerto.
Alzo mi vaso de whisky por usted, el flaco desgarbado y la mujer de sonrisa caballuna.
¡Salud!

Guillermo Altayrac dijo...

Tu comentario me ha gustado mucho, pero me genera escalofríos tu idea del amor, jajaja. Tiene mucho de control y de ejercicio de poder sobre el otro.
¿Sabés qué?
Una parte mía cree que todo amor tiene algo de eso.
Otra parte, espiritual, romántica incurable, cree que hay algunas excepciones a esta regla.

¡Bienvenido a Carne con Alambre, Yoni!
Saludos y gracias por pasar.

Javier F. Noya dijo...

El tiempo de espera aumenta el placer, dicen; pero en su caso, fue sólo maduración de un excelente relato, fiel a su estilo, que no es poco decir. Un verdadero gusto, y vale un agradecimiento y felicitaciones, que nunca viene mal una moneda de más como tampoco un buen consejo. Abrazo.

La Novia dijo...

Alcohol, dinero, amor?, SEXO!!
Disculpe Yoni, pero me suena a verso, dejesé de boludear y pongase a escribir que para eso venimos, Hombre...

"Bajá conchuda y vas a ver..." es por lo único que le perdono su larga ausencia, coincido con Laurita, de antología vea.

Ochurus dijo...

Yoni: luego de una laaaaarga ausencia he retornado por estos pagos, a darme un atracón de sus escritos...los dos últimos: insuperables.


un saludo querido

Eleanor Rigby dijo...

Me encantan sus historias!!!!

Ge-nial

Esta en particular tiene de todo, humor, romance, intriga...

me encanto su descripción de la piba veintiañera, tan pero tan...que la imaginé, ja.

Un abrazo, pase cuando quiera.

Yoni Bigud dijo...

Esilleviana: Muchas gracias a usté.

Mecha: Usté no habrá sabido dónde buscar.

Julieta: Oh.

Shimmy: Así nacen y mueren. Muchas gracias a usté.

Guillermo: Salud. Muchas gracias a usté.

Guillermo: Todo depende del amor concreto del que se hable. Muchas gracias a usté.

Javier: Nada se debe desperdiciar, ni dinero ni consejos. Muchas gracias a usté.

Novia: Todo lo que describo es la más pura realidad eh. Ojo. Muchas gracias a usté.

Ouchurus: Muchas gracias a usté.

Eleanor: Muchas gracias a usté.



Un saludo.

MALENA dijo...

Sr. Yoni Bigud: me encantan, definitivamente, sus historias. "Bajà, conchuda, y vas a ver". Superador. Inolvidable.