Síntesis del post: Pequeña tragedia doméstica numerada.
Parece que está saliendo el agua.
Bien. Lo describo rapidito porque en este instante no tengo muchas ganas de seguir escarbando en la herida:
1- Lunes 9.30: Llegan los dos individuos que tienen la responsabilidad de abrir una zanja en el medio de mi cocina para buscar los caños de gas. No tienen muy buena pinta, y para colmo hablan un castellano muy cerrado, que bien podría no ser castellano. Uno es muy gordo, el otro muy flaco. Desconfío, pero no tengo alternativa.
2- Lunes 9.45: El gordo la emprende a martillazos contra el piso de cerámica. Con el primero no pasa nada, pero con el segundo sale despedido un pedacito que raja el vidrio de la alacena.
3- Lunes 9.52: Luego de disculparse más por obligación que por sentimiento comienza de nuevo con los golpes, y al tercero o cuarto pincha la cañería del agua caliente.
4- Lunes 9.53: Irrumpo en la cocina extrañado por la abrupta detención de los martillazos. Me encuentro al gordo sentado cual niño en la arena de playa grande, observando el agua salir a borbotones. “¿Qué pasó?”, indago con la evidencia enfrente de mis ojos. “Parece que está saliendo el agua”, responde el gordo, al que solo le falta chapotear y sacar la palita.
5- Lunes 9.58: Al no existir una llave de paso en ese sector, el portero toma la decisión de cortar el agua caliente en todo el frente del edificio.
6- Lunes 10.25: Toca el timbre el encargado de soldar el caño roto. Su aspecto es peor que el de sus compañeros, pero yo sigo sin alternativas.
7- Lunes 10.45: El soldador aún no ha terminado con su trabajo cuando el compañero del gordo –o sea el flaco- pincha un segundo caño. Esta vez es el agua fría. “Uy, rompí otro caño… menos mal que estás acá”, dice mirando al soldador. Los tres se ríen sin inhibiciones. No les importa mi presencia y la del portero.
8- Lunes 10.50: El portero corta el agua fría de todo el frente del edificio, y se refugia en mi departamento.
9- Lunes 10.57: Bajan los primeros vecinos indignados, pero no encuentran a nadie en el hall.
10- Lunes 11.10: Huyo dejando todo en manos de mi empleada, que es de armas tomar.
11- Lunes 16.00: Llamo y me entero de que el equipo ideal se ha retirado, y que regresará el martes por la mañana. Por fortuna el agua funciona con normalidad en todo el edificio.
12- Martes 9.30: Suena el timbre y yo huyo a la oficina dejando todo en manos de mi mujer, que no ha sido capaz de inventar una excusa convincente para eximirse otra vez de sus responsabilidades.
Últimamente me están pasando demasiadas calamidades, algunas de las cuales ni siquiera tengo ganas de relatar aquí. Por lo pronto, parece que hoy voy a trabajar hasta tarde.
Tengan ustedes muy buenas tardes.
22 comentarios:
No sé, prendé velas, invocá al santo patrono de las penurias domésticas... algo, ¡¡urgente!!
pero quién te los mandó? ibarra? Vendé ya, yoni, haceme caso.
Estupendo. No, no me malinterprete. Es que yo creo que la suerte es finita, y usted está acaparando toda la mala. Y yo justo tengo que hacer una reforma en casa, y empiezo a pensar que puede salir bien.
Yoni no le diga empleada a su mujer, mire que somos varias bloggistas..=)
Por otro lado y para no parecer tan severa le digo, no los vuelva a dejar entrar a esos dos ineptos. Consulte con la administración si no es posible considerando el daño irreversible que acontecerá el próximo martes -si no podrían contratar personas calificadas para tales tareas.
Válgase de la indignación de sus vecinos, y pónga a todo el edificio en estado de alerta. Lo apoyarán..
(parezco Lisa Simpson.. lo asumo)
Eso es culpa de los vecinos èsos que quieren pichulear los precios, y entonces contratan a estos...proto-hombres!!
Cómo lo habrán odiado sus vecinos, que los dejaron sin agua por SU culpa ( sí, señor, "su" culpa, acaso no estaban arreglando en su dto?)
Su mujer es una santa, mire que aceptar que le deje semejante regalito!!!
Bueno. A no desesperar.
grite fuerte: "Serenity Now"
( si veìa Seinfeld me va a entender)
mi sentido pésame.
Estrella: En eso estoy, pero hay algunos que dicen que mi problema es la falta de fe.
m.: Lo pensé, pero este no es el momento. En lugar de eso, sufro. ¿Es lo mismo?
Señor Bugman: No abuse. Siempre hay un poco para los demás.
Pequeña mariposa: No no, mire que no me refería a... bueno, sí. ¿Y qué?
Parece que las personas calificadas cobran más caro. Por ahí anduvo la ecuación de los vecinos, y ahora dudo que me apoyen a mí, que hasta hace un rato era uno de ellos. ¿Me comprende Lisa?
Mona: Lo asumo. Es culpa mía. Cuando venga algún vecino a quejarse, me dejaré flagelar con el cinturón.
¡Serenity now! Claro que lo veía, y lo veo. Frase célebre del padre de George.
Un saludo.
No sabe como lo entiendo. A mi me pasó algo muy similar cuando tuve que arreglar el baño.
Tambien yo, en aquella oportunidad, dejé todo en manos de mi mujer (porque la conozco y sabía que era la mejor opción) y mire lo efectiva que habrá sido que un día el gordo que estaba destruyéndome el depto (¿por que serán todos gordos con ayudantes flacos?) se ligó una cagada a pedos que casi llora.
Mi esposa es muy vehemente para expresarse y el gordo ese era un maricón mandaparte, pero a partir de ahi laburó prolijito prolijito.
Yoni
no desespere, una de las razones de absoluto desamparo es el arreglo hogareño.
Menos mal que se arregló lo del agua.
Suerta, mucha.
quién paga el vidrio de la alacena?
Yo se que no es su cumpleaños, ni su aniversatio, ni Navidad, ni nada de eso, pero igual le traje un regalito.
Puede retirarlo ACÁ
De nada!
:)
Renegado: Mi mujer también es muy vehemente, pero parece que es solo conmigo.
Los gordos son así... pura cáscara.
Cerriwden: Es cierto. Lo estoy viviendo en carne propia, aunque me está costando un poco la parte de no desesperar.
Señor Briks: Desde mi punto de vista le corresponde al consorcio, pero para mi mujer, al gordo. Y ella también es del gremio.
Stella: No olvidaré este gesto. Necesitaba que alguien aporte una solución.
Un saludo.
7- Lunes 10.45: El soldador aún no ha terminado con su trabajo cuando el compañero del gordo –o sea el flaco- pincha un segundo caño. Esta vez es el agua fría. “Uy, rompí otro caño… menos mal que estás acá”, dice mirando al soldador. Confieso que acá empecé a reírme como los personajes descritos. Algo espontáneo, no premeditado, doy mi palabra.
Ya en un plano de seriedad, le cuento que tengo una larga experiencia con operarios (no menos de 17 años) y aprendí a seleccionarlos (teniendo la posibilidad de seleccionarlos, porque muchas veces me pasa como a Ud. y no tengo alternativa) según su empatía por mí. El operario que copia nuestro estado de ánimo es mejor que el que no. Es más, es el único operario bueno. Esto es una ley que aún no ha sido escrita pero siempre estuvo vigente.
Están arreglados con el consorcio para abultar los gastos.
Ya que está, haga un mini golpe de Consorcio y tome por asalto la administración, es decir convoque a Asamblea Extraordinaria y propóngase como administrador luego de echar a estas malas gentes que se quedan con su dinero.
Saludos.
Que linda gente. Son de los mismos que te cobran 500 pesos por dos horas de laburo con tal de rascarse las pelotas el resto de la semana.
Claude: Ríase nomás... en el fondo esto está escrito para causar ese efecto. No sé por qué, pero a mí me descomprime bastante escribir la crónica de mis pequeñas desgracias.
Capitán: Yo pensé lo mismo que usté.
Por lo pronto tengo pensado impulsar la candidatura de mi mujer al concejo de administración. Paso a paso.
Relato: Esos mismos.
Un saludo.
¿ Y como anduvo hoy el desastre?
opino como su mujer
le corresponde al gordo !!!
(no me haga mucho caso, soy un calzonudo)
Conseguir operarios buenos, es una lotería, y pocas veces salimos ganando.
Creo, sinceramente, que tanto los plomeros, como los gasistas, electicistas y afines, son una raza aparte!
Le deseo mucha suerte!
¿Y por qué tiene usted que meterse en obras y hacerles la vida imposible a sus vecinos? Es usted un egoísta, don Yoni, o peor.
En fin, no me haga mucho caso. En estos momentos el teclado de mi ordenador está bailando ante mí una danza desconocida y violenta. Sucede que mis vecinos del 3º están de obras, sí, sí, se lo prometo. Desde el martes vivo en constante trepidación y menos mal que descubrí que eran obras porque ya estaba decidida a pedir los servicios de un exorcista.
¡Panda de insolidarios!Ellos, usted...todos.
Srta. R. Muy enfadadadadadadada (perdón, han activado un taladro hidráulico o un misil tierra-aire, que ya ni sé)
Cerriwden: La verdad es que el gordo y el flaco están terminando bastante dignamente. Quiero decir... que no rompieron nada más.
Señor Briks: El gordo no me garpa ni loco.
Indis Creta: Bienvenida. Efectivamente son una raza aparte.
Srta R: En el fondo tiene usted mucha razón. Debería haberlos dejado saltar por el aire (conmigo incluido). Soy un egoísta.
Lamento lo de sus vecinos. Le esperan días difíciles.
Un saludo.
El regalito de stella estuvo ¡brillante! me causó gracia encontrarme con los prolijos ajos en lugar de otro premio a blog que imaginé (ja)
En cuanto a su relato, me encantan las velas (cuando hay luz, claro)
Lo siento Yoni, espero que todo regrese a la normal rutina.
Un beso
Ajos... por lo menos se comen.
Muchas gracias por sus deseos, creo que las cosas se van acomodando poco a poco.
Un saludo.
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