Síntesis del post: Reflexiones sobre la puntualidad. Larga espera. Reflexiones sobre el cariño. Personajes. El histrionismo.
Llego al aeropuerto de Ezeiza con mucha anticipación. En realidad llego a todos lados con mucha anticipación, porque al contrario de la mayoría de la gente, el problema conmigo es que se me suele hacer temprano.
No soy puntual. No. No dije eso. Presten atención, que no es una idea tan compleja y encima el artículo no tiene nada que ver con ella. Si empezamos así…
Dije que jamás aparezco en ningún sitio a la hora señalada, sino mucho más temprano. En rigor de verdad puedo aparecer entre cinco minutos y dos horas antes, dependiendo de la magnitud del evento, aunque el formato estándar suele ser de unos quince minutos.
Eso dije. ¿Vieron que no era tan difícil?
Me abro paso entre la marabunta y logro aferrarme al pie de un gigantesco monitor que anuncia que me confundí con el horario de arribo del vuelo de mis mujeres. Llegan a las diecinueve y treinta, no a las dieciocho y treinta. Este pequeño detalle unido a esa extraña afición por la impuntualidad de anticipación, y a la magnitud del evento (enorme para un simple formato estándar), me coloca de frente a un par de horas de absoluta soledad y, tal vez, algo de meditación.
Luego de dar algunas vueltas cual cóndor en los Andes peruanos en busca de un asiento, consigo uno de privilegio (a metros de la puerta de salida de los vuelos) y me pierdo por fin en la marea de mis pensamientos.
Pienso muchas cosas. Algunas muy tontas, otras más lúcidas e incluso una o dos de corte netamente erótico; aunque la que persiste en mi cabeza es una de las tontas, como siempre.
Aquí está el asunto:
Opino que a la hora de las despedidas y los reencuentros (hablo de las separaciones transitorias, de esas que forman parte del normal transcurrir de la existencia) todos somos un poco histriones. Y para alguna gente ese histrionismo es la única forma confiable de medir el cariño. Entonces necesitan demostrar a los ojos de los demás un desborde anímico a la altura de las circunstancias, y ahí es donde las cosas se les van de las manos, conduciéndolos al terreno inmisericorde de la vergüenza ajena.
Al parecer una selección de basquet obtuvo una medalla de bronce vaya a saber en qué evento continental, y regresa al país en el mismo vuelo que mis mujeres. Es un equipo femenino y juvenil. Sub dieciocho, por lo que puedo leer en las banderas que los primeros familiares y amigos se van ocupando de colgar en cada baranda que encuentran. Y le espera una muy bonita bienvenida, con cantitos, pitos, matracas, sirenas y muchos colores. Con la familia y los amigos demostrando su afecto y su orgullo.
El hecho es tan meritorio que incluso vino un canal de televisión. Les juro. Hay un gordo con un micrófono y un alfeñique que lo sigue a todas partes con la cámara al hombro, y los dos observan las banderas con un dejo de curiosidad –acaso sea admiración-, buscando algún candidato que explique delante de la lucecita roja los pormenores de tanta pasión.
Y pronto hallan a su hombre –y nosotros al nuestro- en la figura de un alopécico de barba candado que se sale de la vaina por demostrarle a alguien, al gordo o a cualquiera, que él es más padre, más tío, más amigo o más lo que sea de las adolescentes condecoradas. El hombre se planta delante de la cámara y da rienda suelta a un extenso repertorio de ampulosidad que desemboca en unos cuantos saltitos y un cántico que se diluye al no encontrar apoyo en el resto de sus compañeros.
Irrumpe en la escena un gordo en equipo de gimnasia. También usa barba candado, pero tiene pelo y alguna que otra cana. En mi fantasía supongo que es algún ex entrenador de las niñas, porque en seguida infunde en el ánimo del alopécico una suerte de temor reverencial, y se adueña de la cámara para producir dos o tres definiciones categóricas que por desgracia no alcanzo a escuchar.
Al terminar su breve discurso es abrazado por todos. Incluso por el alopécico, quien aprovecha para convencerlo de arengar a familiares y amigos (que ya son bastantes más) para la entonación de su malogrado cántico. Y se sale con la suya, porque el gordo tiene otra prédica. En pocos segundos la bienvenida se transforma en fiesta, y la fiesta en descontrol.
De pronto dos vigilantes pretenden que unas chicas descuelguen una bandera muy larga de la baranda de la confitería del primer piso. No son esos monstruos de la seguridad aeroportuaria que suelen circular de negro, con garrotes y fusiles FAL, sino dos muchachos más bien jovencitos, desarmados y con un uniforme muy similar al que podría usar el vigilador privado de una librería de Recoleta.
El hecho produce la furia de un tercer personaje en el que ya habíamos reparado, aunque no lo presentamos porque estábamos hablando del alopécico. Es un muchacho de unos veintiséis años, vestido de traje y con el mismo afán de protagonismo que el alopécico, aunque es algo menos gritón. Hace rato que viene probando las cornetas, las sirenas y los silbatos, y ensayando algunos cantitos con un puñado de adolescentes cautivas que lo han erigido en jefe supremo de la hinchada (asumo yo que a falta de otro).
Este muchacho sube y enfrenta a los vigilantes con desmedido heroísmo. Como si su vida o su honra corrieran algún peligro durante el lance. Mientras tanto el alopécico y otro señor que no viene al caso interponen una serie de argumentos de corte nacionalista desde la planta inferior. Dichos argumentos y la mencionada actitud heroica del joven me producen una mezcla picante de lástima y risa, pero me la aguanto como un macho. Me refiero a la risa.
“¡Es la bandera nacional!”
“¿Cómo vas a descolgar la bandera argentina botón?”
“¡Estás ofendiendo al país!”
Y sandeces por el estilo.
Finalmente la bandera se queda donde está, y el alopécico se abandona a un pogo (lo juro) con todos los personajes antes mencionados y otros nuevos que ya no voy a mencionar.
Y en ese marco continuamos aguardando, ellos a sus niñas y yo a las mías. Aunque las mías salieron primero, haciéndome perder el desenlace de tan rica historia.
Ahora me siento culpable por no haber llevado ni siquiera un cartelito, un trapito con un corazón pintado o una servilleta con un dibujo. Por no haber hecho pogo. Por no haberme besado una remera con la foto de mis mujeres delante del gordo de la tele. Por no haber llorado ni emitido unos grititos agudos que me convirtieran en objeto de la sensibilidad general. Pero es que el histrionismo no se lleva muy bien conmigo.
Además no habría soportado que mis propios pabellones fueran mancillados por esos feroces vigilantes que ni siquiera respetan la insignia nacional.
Tengan ustedes muy buenos días.
30 comentarios:
Yoni, la casa está en orden? (Hoy estoy muy Alfonsín, es la tercera del día!)
Lo que describe de Ezeiza destila grasa. No quiero ofender. Detesto la fauna de Ezeiza.
Feliz reencuentro!
Genial que haber encontrado en esa escena un modo de pasar las horas de espera. Genial que luego se haya convertido en un post.
Disfruté mucho imaginando todo. Aunque no me hubiese hecho gracia presenciarlo, voy a ser sincera.
Seguramente la alegría no necesita de pogos y banderas.
Una mirada y una sonrisa son suficientes para expresar lo que se siente, y sobre todo mucho menos bochornosas.
Saluditos.
Formidable descripción, Yoni. me saco el sombrero y lo felicito por la entereza. Creo que yo no habría resistido la irrupción de una burda risotada.
En el tema de la impuntualidad por exceso yo era igual y me calentaba con todo el mundo, pero de a poco empecé a controlarme para llegar justo a horario. Hasta que tuve hijos...y nunca más llegué a tiempo a ningún lado...
La verdad que estuvo flojo, Yoni.Tendría que haber llevado las cortinas recién limpitas, las colgaba al lado de la bandera nacional y ahí si que a su mujer se le escapaban las lágrimas!!
un saludo
Las únicas veces que me han recibido con carteles en Ezeiza han sido remiseros. Y, a decir verdad, tampoco se los veía muy emocionados por mi llegada.
Ahora, ¿como es que no estaba al tanto del bronce de la selección femenina de basquet sub 19 en el mundial de Tailandia? Usted ofende la insignia patria.
Mi estimado Yoni.
Crece en mí una incipiente admiración hacia su actitud contemplativa que no es, ni más ni menos, que la que muchos tenemos pero que por falta de claridad mental no podemos plasmar en palabras.
Ese histrionísmo (que a veces raya con lo patético) que usté menciona lo he reconocido en muchas situaciones, en muchas personas, incluso de mi seno familiar y me provoca una gran vergüenza ajena.
Mi mujer, que conoce mis caras, sabe bien de ese sentimiento mezcla de incomodidad y de ganas de escupirle la cara a más de uno que me nace de las tripas y suele congelarme con sus miradas cuando se producen esas situaciones.
Ni en los velorios puedo acallar esa voz interior que me grita "Que HDP! Toda la vida pensó que fulanito era un desgraciado y ahora que se murió, que está más duro que un jamaiquino fumanchero se erige como el vocero de sus virtudes."
En fin, qué se yo... Tal vez la gente necesite demostrar y demostrarse que puede exteriorizar sus sentimientos pero a veces esas actitudes parecen sacadas de alguna sátira italiana.
Por otra parte, cumplo con el lamentable deber de informarle que se equivoca al decir que nadie ha macillados sus pabellones ya que los auditivos sí lo fueron con las cornetas de los simpatizantes de la selección de basquet...
Va a haber que ir terminando con esto de que la identidad nacional nos la construyan los barrabravas, el fútbol y los publicitarios de Quilmes y Visa.
Esas actitudes patoteras de ir con los "trapos", sobreactuar el sentimiento y desvirtuar las palabras "pasión" y "patria" merecen todo mi asco y mi cansancio. Ya pudrieron el rock, ya contaminaron otros deportes, ya pervirtieron cualquier celebración pública, y ahora entraron en eventos domésticos y de entrecasa, ya basta che.
Viva la patria, muera la grasada.
Bigud, usted está muerto por dentro.
De otra manera no es posible que no se sintiera hondamente conmovido por el ambiente de algarabía que lo rodeaba.
Usted es una vergüenza para el...el...un momentito. ¡Basquet!, usted es una vergüenza para el basquet nacional.
Yo hubiera hecho el trencito con el alopécico y el gordo en equipo de gimnasia.
Y me hubiera abrazado a la chicas. Mucho, me hubiera abrazado. A las chicas. Ah, no, sub dieciocho. Bueno, me hubiera abrazado a sus hermanas mayores. Y a alguna que otra madre. Eso.
JAJAJAJJAJA GENIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL de principio a fin! me cautivó!
A veces está bien que la cosa sea más bien silenciosa e íntima. Guarde esa energía de pogo para hacerla en familia. Ponga algún temilla rockero y haga pogo en el living de su casa o bien cierre la puerta de su habitación...y todos contentos.
Aguatarse la risa es lo que se llama comunmente "instinto de supervivencia". Mejor así. De esta manera podemos seguir leyéndolo.
besos
Argentinos...
Yo en tu lugar, me hubiera colgado de los despegues y aterrizajes!! Me fascinan.
Un beso.
A vos te molesta un poco el histrionismo. A mí, la euforia. Hablo de la euforia por temas menores. No sé por qué, pero las manifestaciones extremas, tanto de alegría como de tristeza, me incomodan bastante. Más, cuando provienen de mí misma. Espero hayas tenido tan buen día como el que deseaste al final del relato.
Yoni, cuando ud vaya de nuevo a España a visitar a su hermano, nos pondremos en contacto con la patrona para hacerle una bienvenida como la gente!
Besoos
Tengo que buscar en el diccionario qué es "conmiseración".
A lo nuestro: la espera es un tema que ha dado y sigue dando lugar a muchas reflexiones y dudas; mucha filosofía desmenuza la espera, y no me sorprendería descubrir (si yo leyera algo de esa filosofía, claro) que todas concluyen en que la espera sirve, justamente, para poder filosofar luego.
La película Love Actually (muy apreciada por mi costado femenino) empieza con unas consideraciones sobre la puerta de arribo de los aeropuertos, como uno de los últimos lugares en donde se expresa el evrdadero amor: de amantes, de amigos, de padres, etc. Lo que siento como cierto... pero también se arman, en esas mismas puertas, la patas del camelo y de la simulación exagerada. Ni hablar si hay un cíclope de cristal por ahí cerca.
¿Ya lo están mimando? Lo felicito.
¡Abrazos!
¿Que fue sin bandera a recibirlas? ¿Sin pasacalles? Yo tengo una bandera de Lituania y otra de Costa de Marfil, si me hubiera llamado se las prestaba!
Un día tomaba un avión para el Antigüo continente y de repente se revolucionó Ezeiza, como si hubiera caído una bomba neutrónica. Es que había llegado Maradona con Coppola. Ver o reventar !
Y viajaron en mi avión, debo haber sido el único que no se sacó una foto con el Diego, ni le pidió un autógrafo..lo que es no tener ni una birome..ni una servilleta de papel...ni cámara de foto!
Abrazo, feliz reencuentro familiar!
Don Yoni:
Excelente visión de la fauna "voladora"!!
Yo no tengo gran experiencia en aeropuertos, es mas, la última que tuve fue en el único lugar donde se podía fumar mientras se tomaba un café, lejos del mundanal ruido..
Mire que lejos estaba, que no escuchamos con el gordo el llamado para nuestro vuelo y tuvo que venirnos a buscar el comisario de abordo.. :P
Con respecto a la puntualidad somos iguales, el tiempo de antelación es directamente proporcional a la importancia del evento.. :O
Usté debería haberse hecho un cartelito para darle la bienvenida a sus chicas, se hubiera ubicado al lado del alopécico cuando ellas salían y lo hubiera instado a cantar(cualquier cosa, total el susodicho se prendía en cualquiera con tal de resaltar del resto..), y quedaba como un gentlemann.. :P
Espero que haya disfrutado de los mimos que le habrán otorgado la señora Bigud y pequeña Yoni!! :D
Un abrazo! ;D
Winter: La casa está en orden, me he ocupado de eso.
Yo creo que cada quien tiene su fauna para detestar.
Marina: Muchas gracias. Usté acaba de hacer mención del término "bochorno". Ojalá se me hubiera ocurrido a mí.
Viejex: Muchas gracias. Son años de autocontrol.
Ouchurus: En mi casa yo obligo a base de látigo. A mí nadie me va a hacer llegar tarde. Serían miles de pesos en psiquiatras.
¿Cómo no pensé lo de las cortinas? Qué floje que estuve. Usté tiene muy buenas ideas, eh. Y no es la primera vez que me deja pensando.
Señor Pablo: ¿Vio? No sé por qué, pero los remiseros no son muy efusivos.
No lo sabía, no. Merezco que me nieguen el pasaporte, lo sé.
Carugo: Ay señor... el seno familiar es todo un tema. No me haga hablar que me salen ronchas.
Tengo mi propio repertorio de caras, que por supuesto también es objeto de la más cruel censura. No pongas esa cara. No digas lo que pensás sobre el tema X. Etc.
Esos son los pabellones mancillados, pensándolo bien.
Almafuerte: Coincido con usté. Tengo una teoría propia sobre las implicancias de la palabra pasión, pero no siempre se me permite exponerla.
Señor Bugman: Soy un cadáver, es cierto.
En otro orden de cosas, le cuento que habían dos o tres madres y algunas hermanas mayores y primas bastante abrazables. ¿No dije algo acerca de mis pensamientos eróticos? Espero que no.
Alelí: Muchas gracias. Silencio e intimidad son dos de mis palabras favoritas.
Mis pogos más memorables poseen pocos testigos, y todos de fiar.
María: Muchas gracias. Eso también es muy entretenido.
Lelé: Me identifico plenamente con usté. Muchas gracias.
Stella: No juegue con su vida. Muchas gracias.
Calavera: Compasión que se tiene del mal de alguien. Eso es una conmiseración.
Yo creo que cada paso que damos es objeto de la filosofía. Y claro, hay pasos más aprovechables que otros. Las esperas son un material muy rico.
Muchas gracias.
Minombresabeahierba: Usté ha tocado otra fibra sensible. No le pediría un autógrafo ni siquiera a la pantera rosa en persona. Jamás. Antes muerto.
Muchas gracias.
Fabiana: Lo mío con la puntualidad se extiende también a las actividades en el sitio de destino. Sobre todo en aeropuertos y terminales por el estilo. Jamás podría haberme pasado lo que le pasó a usté con el comisario de a bordo. ¡No, eso no! ¿Qué dice? Yo que sé que hizo con el comisario...
Me refería al retraso. ¡Noooo! Mire... déjelo ahí.
Un saludo.
Avant l'heure, ce n'est pas l'heure...après l'heure, encore moins.
O sea...qué bueno que sea impuntual al revés. Yo solía serlo y ahora a lo máximo que llego es a estar "en punto" o con apenas unos minutos de retraso.
Lo de las banderas o los corazoncitos pintados...usted quería que ellas se reencontraran con usted, o que dieran media vuelta y se subieran otra vez al avión que primero saliera??????
Mire que es un bochorno importante, y hay que ver a las pibitas de sub 18 si no les dio vergüenza. La monita mayor ( casi 15) se avergüenza de cualquier cosa que yo haga.
El otro día le mostraba al Mono por la calle qué era "salticar" y ella empezó a caminar más rápido sin mirar atrás, y meneando la cabeza.
Ve? se avergüenzan de cualquier cosa.
Y... 18.
¿Qué hace? ¡Inconciente!
Sí, a usté le hablo.
Mona: Técnicamente (digo técnicamente porque hace 18 años que no lo hablo) me faltarían solo dos años de Alianza francesa para ser profesor de nivel básico. Y hay que ver lo que me costó leer su frase inicial. Me acuerdo de palabras sueltas, frases del librio Archipel, y no mucho más.
Sí, soy impuntual al revés. Si mañana me fueran a ahorcar en la plaza pública, probablemente llegaría dos horas antes (por aquello de la magnitud del evento). No lo puedo remediar.
Es cierto, lo de las banderas y los corazoncitos no era una buena idea.
Cómo vienen los adolescentes eh. Tanto escándalo por unos...
¿Qué es salticar?
Un saludo.
Ay, perdóoooonnn!! No me di cuenta.
Salticar es caminar dando saltitos, así típo "dánica dorada". No me diga que no se acuerda.
Convendrá conmigo en que no es para tanto.
Yo fui a un colegio casi bilingüe en francés...estudié muchos años, y lo puedo leer, pero hablar...perdí la práctica. Una pena.
Allons parler francais! Qu'en pensez-vous?
(no, no fue un insulto, quédese tranqui)
gros baisers!
Sr. Yoni
Hace muy poco di con su blog, y si bien no soy de comentar creo que en esta entrada se lo debo.
Tiene Ud. una forma de redactar (ver?) las cosas que me resulta muy divertida. Esta situación hubiese pasado inadvertida ante mis ojos, y de haberlo visto nunca hubiese podido plasmarlo de tal manera. Lo felicito, me saco Ud una sonrisa.
Tenga Ud. un buen día
No ha sido en Ezeiza pero si en cada ida/vuelta de los campamentos del cole.. soy de esas que tira besos y le dice a su hijo (que està encapsulado en un bondi totalmente cerrado y no me escucha un corno) que lo quiere y lo va a extrañar un montòn! Y hasta saco fotos pero sòlo aparece el flash reflejado contra las ventanillas y abajo un cartel que dice "flecha bus".-
En avión es otra cosa... serà que mi mamà cuando viajabamos en esos artefactos nos ponía la misma ropa ue en navidad... todo de estreno tenia que ser!! Asi se viaja en aviòn, bien peinada, bien vestida y calladita en un rincòn.
Espero que sus mujeres le hayan traido regalitos!!
¿No las esperò con sanguchitos y coca cola?
Los verdaderos sentimientos se muestran mejor en privado, me parece a mí. Usted estuvo bien.
Saludos.
ajajajajaaaaa
Gracias por la advertencia! ;)
Como ya dijeron, qué buen post, mi estimado, al leerlo es imposible no imaginarse todo...
Creo que es histrionismo abunda en este país, no sé por qué, pero fíjese en el cine, en la TV, en la vida misma..
Con respecto a la puntualidad o como se llame, soy igual que usted.
Con respecto a las chicas del Sub-19, no sea malo, y ahora te tuteo.. NO PODESSSSS... como amante del básquet, y seguidora del mismo a pesar de haber jugado volley federada por muuchos años, le digo que lo que hicieron estas chicas es, realmente, una hazaña. Es como si Fontanita le ganara a Schumy.. aunque para los entendidos del automovilismo, no anduvo lejos, no? (googlear Fontana+schumacher plis, okis era el hermano, seigual). A veces creo debería tener un blog de deportes y no de fotos.. Beso, señor, me gusta leerlo. Espero esté disfrutando de sus chicas, creo que las extrañaba horrores, no?
¡Que bien me hizo leerte! ¡Muy bueno, de verdad! ¡Genial!
IMPERDONABLE LO SUYO!
y ... unas flores???
unos chocolates para recibirlas, acompañado de un precioso poema que delate cuánto las extrañO??????????
Ah no! nonononono ...
yo que usted,la próx,improviso!
Ah! GENIAL SU POST!
jajaja :)
Que disfruten el reencuentro!
Abrazo♥
Don Yoni:
Le aseguro que no fue mi culpa lo del retraso!!! :S
Es que el Gordo SI es impuntual, o al menos lo era hace unos años..
Hace un tiempo(bastante largo..), que antes de sufrir mis "ataques de histeria" por la posible falta de puntualidad para un evento, prefiere dejarse llevar en tiempo y forma.. :P
Emmmmm...
lo del comisario de abordo lo charlamos por línea privada.. :P :P
Me encantó compartir esta aventura, la cual fue tan minuciosamente detallada por usted, que ahora dudo si estuve o no sentada a su lado, viendo tanto derroche de argentinicitis aguda. Le puedo asegurar que debe ser el deporte y sus aledaños lo que enferma a este tipo de comunidades. Lo digo haciéndome cargo de ello (ahora se usa decir así, ¿vio?), porque vivo frente a un club de rugby, con instalaciones inmeeeeeeeeensas como para festejar DENTRO del predio, las victorias luego de los partidos. Pero es tanta la carga hormonal que les provoca la ovalada, que el club no les alcanza y necesitan invadir el pobre y tranquilo barrio con bombos, gritos, papelitos, gritos, bocinas, gritos, botellas, gritos, cornetas, gritos y más gritos. Hay que subir la tele al máximo y rezar por el coche que dejamos estacionado en nuestra puerta.
Es como un síndrome con claros síntomas, incurable.
Para qué me hizo acordar... ya empiezo a sentir taquicardia...
Ah! Gracias por el consejo automovilístico y la visita
Mona: No, no es para tanto. No es tan grave ir salticando por ái.
Voy a buscar mi Archipel y ahí agarresé...
Shimmy: Bienvenido. Muchas gracias.
Gabriela: Es cierto, hay medios de transporte que imponen otro respeto.
¿Usté sabe que se arriesga a que su hijo sea sometido a escarnio público? ¿Cómo le hace eso al pobre chico?
Mariela: No tenga duda. Muchas gracias.
Stella: De nada.
Caia: El histrionismo es patrimonio de las mayorías.
Me encanta su vocación deportiva. Ya se lo había dicho hace mucho en su blog, creo.
La hazaña debe ser festejada; ya tenemos la matraca, lo que no necesitamos es la monería.
Muchas gracias a usté por sus palabras.
Profe: Muchas gracias.
Passion: Nada de nada. Yo y mis circunstancias. Muchas gracias.
Fabiana: No tiene nada que explicar. Me lo llevaré a la tumba. No... al comisario no.
Deje.
Alicia: Muchas gracias. Por el asunto de los festejos imagino que usté debe vivir frente al San Isidro Club. ¿O me equivoco? No sé por qué me figuré eso.
Maneje con precaución.
Un saludo.
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