MIL Y UNA FORMAS DE DECIR "TE QUIERO"

Síntesis del post: Reflexiones. Maltrato. Fondo y forma.




MIL Y UNA FORMAS DE DECIR “TE QUIERO”

REFLEXIONES DE UNA MENTE PERTURBADA E INSOMNE


¿Qué pasaría si la gente caminara por el mundo diciendo todo lo que piensa como le viene a la cabeza? Honestidad brutal, dijo una vez un músico. No sé qué pasaría, pero de pronto soy capaz de imaginar varias situaciones que me mueven a la risa:

- Discúlpeme señorita, no quisiera dejar pasar la oportunidad de señalarle que es usted más fea que un pie.

- Pierda cuidado caballero; lo que ocurre es que usted no tiene un buen par de ojos en la nuca, y en consecuencia no ha podido capturar las dimensiones sobrenaturales de su trasero. Le aseguro que luego de ver ese espectáculo, no elegiría un triste pie como medida de fealdad.

- Yo hablaba de que usted supera incluso eso, pero no importa, ya dije lo que quería decir. Tenga una hermosa mañana.

- Lo mismo usted. Adiós.

- Adiós.

¡Qué ejercicio magnífico! Sería la inyección de un placer casi orgásmico. El comienzo de una revolución de proporciones titánicas. Imposible no disfrutar esos instantes de gloria que cobrarían vida tan solo con abrir la boca. Digo lo que pienso, como lo pienso y en el momento en que lo pienso. He dicho.

- ¿Usted es el cocinero?

- Sí señor.

- Mucho gusto. Lo mandé llamar porque quería hacerle saber que este lomo strogonoff es, por lejos, el peor que he probado en mi vida. Con decirle que no he podido terminar de comerlo…

- Por favor, repita lo último que me dijo. Es que me he dispersado un poco observando el frondoso bigote de su mujer. ¿Ya probó llevándola al circo?

- No, pero la verdad es que lo he pensado más de una vez.

- Si no tiene más nada que decirme quisiera regresar a la cocina.

- Sería mejor para todos si no lo hiciera, pero vaya.

- Hasta luego.

- Un gusto.

¡Basta por favor! No quiero detenerme nunca más en un simple “no me gusta”. Deseo expresar libremente –y frente a todos- las horrendas sensaciones que me provocan ciertas imágenes. Todos tienen derecho al conocimiento de la verdad más pura. Tal vez podrá parecerles un tanto cruel, pero es la única forma viable de graficar mis opiniones.

- ¿Y este cuánto cuesta?

- Doscientos pesos señora…

- ¿Y cuál le parece a usted que me queda mejor?

Llegado este punto, aparecen frente a los ojos del pobre vendedor las mil y una formas de decir “te quiero”.

Opción 1: Le queda mejor el colorado, señora. Le luce mucho más.

Opción 2: Le queda mejor el azul, señora. Le luce mucho más.

Opción 3: Los dos le quedan hermosos.

Estas tres primeras opciones son las que suelen usarse en este mundo hipócrita que nos toca habitar. Respuesta concreta a una pregunta concreta. Nadie me pidió más información que esta, y tampoco es necesario dar detalles.

Opción 4: Ninguno le queda bien.

Opción 5: Cuál le queda menos mal, querrá usted decir…

Opción 6: No desperdicie su dinero en esto.

Franco, pero innecesario. Y eso sin mencionar que el vendedor está puesto allí para vender. Respuesta concreta a una pregunta concreta. Doy la información que me ha sido requerida, pero sin filtro.

Opción 7: ¿Mejor? Su problema, señora, es la altísima valoración que tiene de sí misma. Usted es la pesadilla de cualquier diseñador que se precie, y encima tiene tiempo y varias tarjetas de crédito. Con ese tonelaje no existe prenda que pueda quedarle siquiera regular. Tuve que luchar más de diez minutos para lograr abrocharle tres de los siete botones de ese condenado vestido, y si quiere que le sea del todo sincero, me da pánico que alguno de ellos salga despedido, y acabe por sacarme un ojo a mí o a uno de los supervisores. La visión de sus carnes presionando por la capitulación de las costuras me horroriza, y no creo que pueda superarla sin recurrir a la ayuda de un profesional en la materia. Su barriga ha forzado el dibujo a tal punto, que lo que hace un rato era el rostro de una mujer en relieve, ahora parece más bien el mapa de un tesoro perpetrado por un pirata tuerto y en completo estado de ebriedad. En este momento quisiera ser trasladado a realizar trabajos forzados en las minas de Potosí, para no volver a ver la luz del sol nunca más en la vida. Si tuviera una botella de alcohol metílico, me la echaría encima y me prendería fuego sin dudar; y si fuera alcohol etílico, me lo tomaría de un solo trago. Si todavía le queda algo de dignidad, debería salir corriendo por esa puerta antes de que todos los presentes nos agrupemos espontáneamente con el único propósito de asesinarla. Es usted una criatura monstruosa, un atentado a todo aquello que el ser humano considera sensual, y encima se las arregla para ignorar las reprobaciones que genera a su paso.

Esta es la opción que eligen aquellos que sueñan con el mundo perfecto, franco, sin una sola gota de hipocresía flotando en el ambiente. Respuesta abundante a una pregunta concreta. Proporciono muchísima más información de la que me ha sido requerida, y también lo hago sin filtro, fijándome que quede bien claro el universo de mi punto de vista.

No obstante lo arriba mencionado, y aquí les presento el misterio que aún no he podido desentrañar, la gente suele sentirse agredida frente a tanta verdad junta. La gran mayoría prefiere un trato distinto, sin ironías; sobre todo cuando no existe una intimidad. No sé por qué se inclinan por una verdad morigerada. Una verdad cuidada; esa sería una frase más exacta. Una verdad intacta en cuanto al fondo, pero cuidada en sus formas. Podríamos catalogarla de verdad hipócrita, si no existieran otros que prefieren hablar de una verdad cortés.

Pruebe extendiéndome una cortesía no solo en cuanto a las formas, sino también a los contenidos. Eso me dijo alguien hace muy poco tiempo, y me sumió en un mar de cavilaciones...

¿Y si tuviera razón?


Tengan ustedes muy buenas tardes.