IMPACTOS Y ZAPATOS / Y POTENTE GEN

Síntesis del post: Impactos y zapatos. Accidentes. Fatalidades. Potente Gen, porque es viernes, y los viernes yo siempre subo un Potente Gen.

Camino por la calle Reconquista en dirección a la estación Plaza de Mayo de la línea A de subterráneos. A la altura de la Avenida Corrientes se produjo un choque. No es un choque de esos que implican sangre, mucho vidrio molido y dos o tres vehículos de la policía federal. No. Es más bien uno de esos impactos que presagian incómodos gastos en chapa y pintura, pequeñas batallas de seguros y malos humores pasajeros en el sitio del hecho. Nada sensacional.

Uno de los señores implicados expresa su frustración a través de unos grititos un tanto afeminados y una atribución de responsabilidad bastante parcial. El otro, en cambio, insinúa una relación personal con un funcionario público (asumo yo que de muy poca monta si el tiempo le alcanza para intervenir en un incidente callejero de esta naturaleza) y examina el lustre de sus zapatos como si en esa cualidad se hubieran producido los mayores daños.

Se trenzan, forcejean y elevan los dedos índices en dirección al firmamento al tiempo que profieren amenazas que solo podrían concretarse con la buena voluntad de un Jefe de Estado.

El incidente no me interesa. Solo pienso que por suerte no me pasó a mí. No me gustan los accidentes que perjudican el lustre de los zapatos.

En la escalera de la estación una señorita pierde el equilibrio y desciende haciendo culo-patín los últimos catorce escalones. Sí, los conté. Le tomo la mano, la ayudo a ponerse de pie y con mucho tacto me intereso por la salud de las partes implicadas en el hecho. Por más que a ustedes les resulte sospechosa la combinación de las fórmulas “culo-patín”, “mucho tacto” y “partes implicadas en el hecho”, mi intervención es celebrada y agradecida por la mencionada dama, y cada cual sigue su camino sin reparar en lo sugerente de la situación. Después de todo, solo se trata de un tacón roto.

El incidente ya no me requiere. Solo pienso que por suerte no me pasó a mí. No me gustan los accidentes que perjudican la salud de los zapatos.

En la esquina de mi casa, un señor muy bien trajeado frota su zapato izquierdo en una baldosa quebrada mientras suelta unas oscuras maldiciones contra todos los perros de la ciudad de Buenos Aires. Le sugiero que lo mejor sería frotarlo en la tierra seca de algún árbol, y me responde que mucho mejor sería tener un rifle de aire comprimido para implementarlo como herramienta en un proceso de reeducación canina compulsiva. Lo dice mientras golpea el calzado contra el tronco del árbol que luego le servirá para probar mi sugerencia.

El incidente ya no tiene más de sí para dar. Solo pienso que por suerte no me pasó a mí. No me gustan los accidentes que perjudican la suela de los zapatos.

Entro a mi casa y mi mujer me pide que me saque los zapatos. Que acaba de trapear el piso porque pequeña Yoni volcó un vaso de gaseosa.

Me los saco mientras pienso que peor sería chocar, caerse o pisar comida procesada, que tiene cinco años y que estas cosas son normales. Tan normal como pisar un vidrio mientras uno está descalzo y no fue anoticiado de que además de volcarse, el vaso se rompió. La sangre brota como si me hubieran amputado un dedo.

Me fueron dadas todas las oportunidades, todas las señales, y sin embargo yo no las supe interpretar. Seguramente vendrá algún señor a hablar de racionalidad, a desacreditar mi costado místico. Lo escucharé en silencio, con el desinfectante en mano. No tiene caso discutir.

El incidente ya no tiene remedio. Los peores impactos no involucran golpes, y ocurren puertas adentro. Solo me pregunto por qué me pasan estas cosas a mí. No me gustan los accidentes que me sorprenden sin los zapatos puestos.


Ahora a lo nuestro:

POTENTE GEN 2009. CUARTO TRIMESTRE.

Gen Weinbaum

Sebastián, hermano menor.

Eugenio, hermano mayor.

Herminia, mamá.

Sebastián y Eugenio, hermanos.

Sebastián, Herminia y Eugenio. Jamás pidieron un ADN.

Como es costumbre en los últimos tiempos, arrancamos el trimestre con el PG que, en mi humilde opinión, será el ganador de la manga con holgura.

Les cedo la palabra.


Tengan ustedes un decoroso fin de semana.