Extraña sucesión de infortunios que, poco a poco, fueron minando mi voluntad hasta transformar aquel viejo anhelo de triunfo en esta pacífica convivencia con el fracaso.

martes, 6 de septiembre de 2011

UN POETA Y UN FRANCOTIRADOR

Síntesis del post: Un poeta. Una callejuela de Buenos Aires. Una caminata. La ráfaga de inspiración. El francotirador. La contemplación. La diferencia.



Tenemos a este poeta. Un hombre que vive de lo suyo, hecho más que respetable en esta época aciaga que reserva los galardones para la vulgaridad e ignora las virtudes del espíritu refinado. Uno de esos individuos capaces de captar la belleza presente en cada situación de la vida cotidiana para luego definir con quirúrgica precisión sus contornos, echando mano a uno o varios versos ordenados a extraer los suspiros de las almas más sensibles. Pueblan sus poemas palabras tales como beso, amor y corazón, que constituyen la médula espinal de esta compleja rama de la literatura, aunque, nobleza obliga, siempre aparecen finamente combinadas con otras más personales que a la postre aportan su sello distintivo, su firma al pie de la página.

Lucero, fragancia, pletórico, requiebro, añoranza, placeres, magnolia, follaje, inflama, dolores, orillas, embebido. Son solo algunas de esas palabras especiales y secretas. Al menos las que yo recuerdo en este momento.

En fin… a lo nuestro sin más.

Camina nuestro ilustre poeta por una callejuela de Buenos Aires. Y lo hace en compañía de este humilde servidor, que no cultiva el arte la versificación pero sí es un modesto escritor.

El poeta –dice- contempla. Eso hace la mayor parte del tiempo. Y de pronto, un día, recibe la inspiración en ráfagas aisladas aunque poderosas, durante las cuales procesa una visión del mundo que luego se encarga de comunicar en forma de verso para que el resto de los mortales tenga una mínima posibilidad de apreciar su esencia. Esa es su misión en el mundo. La obligación que le impone su naturaleza. Es, en síntesis, un deber, una necesidad, un gusto y una vocación.

Lo escucho con estudiosa admiración. Solo la gente que conoce los oscuros secretos de sus mecanismos internos logra aprovechar en forma íntegra sus capacidades.

‘¿Y cuál es su campo dentro de la literatura?’, pregunta con gesto paternal mientras me palmea los hombros.

No tengo la más pálida idea, la pregunta me toma por sorpresa. Esto, por supuesto, lo pienso pero no lo digo. Ciertamente no es la poesía, que me queda demasiado lejos de la yema de los dedos, pero tampoco podría identificar otro género.

El hombre camina a mi lado con las manos entrelazadas detrás de la espalda y la mirada fija en algún punto difuso de la callejuela. De su silencio erudito se intuye una espera. No dirá más hasta escuchar mi respuesta.

‘Soy un francotirador’, afirmo. Porque estoy convencido. Por eso afirmo. De otro modo no afirmaría. Más bien esbozaría un tembloroso balbuceo, a medio camino entre la duda y la pregunta franca.

Distrae la mirada el poeta. Y prolonga el silencio. Eso me otorga valiosos segundos para elaborar el fundamento de mi insólita sentencia. El francotirador –pienso- también contempla. Luego elige un objetivo y dispara una bala certera. Y eso es todo. El asunto acaba tan rápido como comenzó, y entonces regresa a la contemplación, que es, en el fondo, su estado natural.

Sin embargo no llego a decir nada. En la esquina aparece una señorita con mucho de sí para dar. En mis artículos muchas veces aparecen señoritas con mucho de sí para dar, pero debo señalar en mi defensa que casi siempre salen indemnes. La bala, certera y veloz, suele buscar el pecho de objetivos menos agraciados.

Ahora el poeta camina a mi lado con las manos entrelazadas detrás de la espalda y la mirada fija en un punto bien definido de la callejuela. Sin ser un experto en el tema entiendo que se encuentra captando la belleza presente en esta situación concreta para definir con precisión quirúrgica sus contornos y luego echar mano a uno o varios versos ordenados a extraer los suspiros –supongo- de su materia de análisis.

Finalmente procede. Pueblan sus versos palabras tales como camión, tetitas y culito, que constituyen, asumo, la médula espinal de esta compleja rama de la poesía. Aunque, nobleza obliga, aparecen finamente combinadas con otras más personales que a la postre aportan su sello distintivo, su firma al pie de la página.

Emperno, burro, cachas, yegua, dedito, mamasa, tronco, matraca, muñeco, nuca, almohada. Son solo algunas de esas palabras especiales y secretas. Al menos las que yo recuerdo en este momento.

Camina nuestro ilustre poeta por una callejuela de Buenos Aires. Y lo hace en compañía de este humilde servidor, que no cultiva el arte del verso callejero pero sí ha sido el blanco compartido del insulto cosechado.

El poeta –dice- contempla. Al igual que el francotirador. En eso somos muy parecidos. La diferencia radica en el arma elegida al momento de plasmar la obra.

Sí, mientras algunos utilizamos el rifle de alta precisión y discriminamos entre hombres, mujeres y niños, otros prefieren la ametralladora Uzi con cerrojo telescópico y sin silenciador, y barren con todo lo que se encuentre a menos de veinte metros. Esto, por supuesto, lo pienso pero no lo digo.

Usted ha sido –continúa- un testigo privilegiado de una ráfaga de inspiración (aislada aunque poderosa). Y escuchó de primera mano la semilla del verso que pronto permitirá al resto de los mortales apreciar la esencia de mi visión.

Fue un verdadero honor. Está claro que la idea está ahí, latente. Ahora habría que pulirla un poco. Suavizarla. Esto lo pienso y además lo digo.

El hombre asiente con la mirada fija –otra vez- en un punto difuso de la callejuela. Y yo lo observo con estudiosa admiración. Solo la gente que conoce los oscuros secretos de sus mecanismos internos logra aprovechar en forma íntegra sus capacidades.

Es evidente que para poder vivir de lo nuestro aún nos queda mucho por aprender. A mí y a mi riflecito de morondanga.



Tengan ustedes muy buenas noches.

30 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Que buena analogìa.

La precisiòn del "snipper", contra la generalizaciòn de las tropas de choque.

Yo soy de los que prefieren explotar cosas y que se prenda fuego todo.

Un abrazo.

Samain dijo...

Claro... está captando la belleza presente con precisión quirúrgica para luego echarse una mano.

Saludos!

Esilleviana dijo...

pues creo que para mí eres un poeta pacifista, que escribe tirando a dar en un objetivo concreto, con muchísima precisión, dejando bien claro qué es escribir bien, con acierto y sin duda, disparando desde muy lejos, porque Buenos Aires está lejos de mi casa ... jaja.

Me gusta mucho como escribes poeta de ciudad y de realidades palpables. Un placer leerte.

un abrazo

El Mostro dijo...

Claro, con palabras como esas, como no ha de despertar la admiración de dulces muchachas...

Damaduende dijo...

Mire, poniéndome en el lugar de la señorita con mucho de sí para dar, su conocido mas que para el suspiro está para el cachetazo. Y uste´que le andaba cerca la sacó barata con sólo un insulto compartido.
Que cosa la maravilla que permite que individuos así después puedan disfrazar todo eso y tirárselas de Gustavos Adolfos y convencer a otras señoritas con mucho de si para dar, de que en el fondo son gente sensible...

Pablo dijo...

Y lo genial es eso, que quede mucho por aprender! Mi gomera y yo lo atestiguamos, aunque algunas veces uso un mortero medio oxidado que deja heridos como suele verse! jajaja!

Un atento y jocoso saludo.

Dany dijo...

Ahh..¿ de ESO vivía el poeta.?
Seguro que después que lo dejó se fue a su cada y escribió el guión para una revista de la calle Corrientes.

"Entregame el follaje que tengo la magnolia inflamada"........asi dicen que se va a titular luego de suavizarlo un poco. Esto lo pienso pero no lo comento.

Abrazo!

Yoni Bigud dijo...

Gaucho: Ah sí... la división explosivos siempre es una tentación.
Muchas gracias a usté.

Samain: Ya sabe, si uno conoce sus mecanismos...

Esilleviana: Muchas gracias a usté. Brindo a la distancia (que es mucha pero no infranqueable) con un buen Rioja.

Mostro: Cautivantes, sí. No me explico cómo no se entabló un festivo diálogo.

Guada: Le agradezco la deferencia de ahorrarme el cachetazo. Tengo las mejillas sensibles.
Déjeme decirle, estimada, que en lo personal desconfío un poco de los poetas. Sospecho que todos son impostores que se bañan en miel para ocultar ese primer verso sin pulir que es, de más está decirlo, la expresión de su verdadera naturaleza.

Pablo: Ya sabe, no se aprende todo a la vez. Hay que ir de a poco. Señorita a señorita.
Todas las armas son peligrosas, sepa usted. Y algunos portadores también lo son.
Muchas gracias a usté.


Un saludo.

Yoni Bigud dijo...

Señor Dany: Sí, sí, una revista de la calle Corrientes.
Bien podría ser el título elegido. Me refiero a ese que usté propone. Dicen que el último fue 'La sidra las pone querendonas'. Y a Gerardo no le gustó mucho.

Un saludo.

Elvis dijo...

Fantástico relato. Pero no se deje intimidar por gente que parece poeta. La próxima vez, en tono amable, casi en un susurro, le dice al oído:
"Tú que eres tan listo,
y de poeta te las compones,
bájame la bragueta...
y tócame los cojones" (con perdón)
Verá como él también llega a apreciar su prosa...
Abrazo.

Nefertiti dijo...

Se trata sin dudas de un poeta incomprendido. No creo que la señorita con mucho de sí para dar haya apreciado el talento de sus versos. Una pena... Le recomiendo que consiga un par de las poesías de su amigo. Quizá en unos años, y seguramente cuando ya esté alimentando los geranios, valgan oro!!

Romina dijo...

Hace muy bien en sospechar de los poetas. Esa miel que usted menciona vendría a ser el disfraz del real sentimiento.
El secreto esta en usar metáforas.
Que son impostores no se, depende,porque si usted sospecha -como yo- de lo que dice mi profesora:
la poesía es ficcional, bella, estética pero ficcional. El autor no escribe sus vivencias, las iventa

ok. es una manera de justificarse.


Por lo demás,coincido en que usted es un francotirador.
De ley.
Pero no de morondanga.
Contempla, transmite y provoca efectos en el lector.

Felicitaciones.

Abrazo, don Yoni♥

Corina dijo...

Hace poco me resigne... y, deje el boomerang...
Ahora me las arreglo con lo que encuentro tirado en la vereda...
En fin
Besos!!

Anónimo dijo...

Don Yoni

Ud. es insaciable, el otro dìa le dijimos que escrìbia tan bien, ahora con esto que busca??

Que quiere que hagamos con ud.??

Me encantò como siempre, me quedo con algunos interrogantes, pero asì està bien.


Le mando un abrazo.

Sir Lothar Mambetta dijo...

Coincido con el Gaucho: muy buena analogía.
Ahora: si usted tiene un rifle de morondanga, yo no puedo aspirar a más de un revólver encendedor... Afortunadamente, mi mujer fuma.

Impecable, una vez más.

Un abrazo, doctor.

Yoni Bigud dijo...

Elvis: Suena un poco arriesgado, pero tomo nota. Repetiré el verso en forma textual.
Muchas gracias a usté.

Nefertiti: Todos los genios deben lidiar con la incomprensión. Usted está en lo cierto. Trataré de que me escriba esos versos originales y los firme al pie. Si no, no valdrán nada. Nunca. Ni que lleve muerto 1000 años.
Muchas gracias a usté.

Ro: Desde mi punto de vista su profesora tiene razón, a medias.
No creo que el poeta invente vivencias. No exactamente.
Muchas gracias a usté.

Corina: Ojo, del piso se pueden recoger cosas muy interesantes.

VER: Es bueno dejar al público con algo entre las manos. Aunque sean interrogantes.
Muchas gracias a usté.

Sir Lothar: Usted está muy bien armado, y encima es impredecible.
Muchas gracias a usté.

Un saludo.

Javier F. Noya dijo...

En tren de francotiradores o explotadores de bombas, frente a semejante recurso natural (me refiero a la ninfa objeto de la codicia poética) no hay metáfora que resista. Preferir la referencia a lo que motiva tal presencia ígnea al instinto es casi un deber moral, aunque se pague con insultos. Bueno, muy bueno, me gustó mucho y reí más. Saludos.

Yoni Bigud dijo...

Y... 18.

Me cachis.

Yoni Bigud dijo...

Javier: Usted, como el oso, irá a meter la trompa en la miel. Y está muy bien.
Muchas gracias a usté.

Un saludo.

Caro Pé dijo...

Dicen que el lenguaje poético es superior a cualquier otro dicen...
y creo que algo de eso hay.
saludo!

Martín dijo...

Me hizo acordar al poeta Luis Almirante Brown, que combinaba la poesía refinada con lo popular.
Igual yo creo que lo hace bastante bien.

Etienne dijo...

Estoy convencido que la inspiración no tiene nada que ver con esto sino, como bien deslizan por ahí, la contemplación y la memoria.
La contemplación del objeto que luego será honrado por los versos es fundamental, no menos que la memorización de esas palabras especiales y secretas salidas de un recomendable diccionario.
Hágame un favor y dígale a su poeta amigo que le pide el número de teléfono de una buena vez y se deje de rodeos superfluos...

Yoni Bigud dijo...

Caro Pé: Sin duda lo es. Pasa que muchos no lo entienden.

Shimmy: Ah, Luis Almirante Brown son palabras mayores.

Etienne: En síntesis, usté propone la memorización de un número telefónico. Y está bien. Pero eso se logra omitiendo los versos, y un auténtico poeta jamás claudicará en ese punto.

Un saludo.

Zeithgeist dijo...

que lo pario... Ahora no se si definirme yo misma como poeta y snipper.

Zeithgeist dijo...

"o" snipper. las dos cosas juntas serian tema de profundo estudio antropológico.

Teenie dijo...

Se disfrazan de 'hijos de vecino', de 'gente común', es hora de guardar el llavero de plomo y salir con una birome y una servilleta. Mire usté, siempre me le resistí a la poesía desde mi más profunda ignorancia. Será el momento de enfrentar a Pizarnik, ahora que, de un soplo generalizado, ha logrado develar uno de los más maravillosos misterios de la humanidá.
Gracia' Bigud

Blonda dijo...

Bien elegido el apodo de francotirador.
Palabras precisas que disparan divinas sensaciones.

Genial lo suyo. Como es costumbre.

Besos

Alelí dijo...

una mujer con todas las letras despierta ese tipo de palabras atolondradas, creo que el mérito es de ella y no del arma.

el arma hace lo que puede.

Any dijo...

Con razón la poesía se me resiste, debo tener una especie de bandita elástica nomás. Que no es un mal método el de la ráfaga primera eh? Claro que después para suavizar "matraca" o "emperno" ... ahi lo quiero ver. No creo que la señorita apreciara el vigor de las palabras elegidas, o si que se yo, depende de la situación.
Me quedo con su estilo vea.
salu2

Yoni Bigud dijo...

Zeithgeist: Usté es snipper.

Zeithgeist: No se crea, alguno habrá por ahí.

Teenie: Habrá que enfrentarla, no tenga duda. Muchas gracias a usté.

Blonda: Muchas gracias a usté.

Alelí: Usted es un alma comprensiva. Ojalá esta señorita se hubiera comportado igual.

Any: Muy cierto, todo depende de la situación. Habría que ver, quizás en otro marco. Qué sé yo, digo.
Muchas gracias a usté.

Un saludo.