Extraña sucesión de infortunios que, poco a poco, fueron minando mi voluntad hasta transformar aquel viejo anhelo de triunfo en esta pacífica convivencia con el fracaso.

martes, 16 de junio de 2009

UN LABRADOR Y UNA VENUS DE MILO

Síntesis del post: Lectura rápida en la sala de espera de mi odontólogo. Reflexiones mezcladas a lo largo del texto.

La Venus de Milo

Es una tarde muy gris y muy fría en un feriado no más innecesario que otros, y al igual que en cualquier otra tarde muy gris y muy fría en un feriado no más innecesario que otros, el tiempo transcurre a un ritmo muy inferior al convencional.

Este Homo Sapiens aguarda por su ración de dolor en la sala de espera (también muy gris y muy fría) de su dentista, y aunque el solo hecho de imaginar las torturas a las que será sometido en breves instantes le provoca una alteración respiratoria severa, acompañada por una incontinencia leve, necesita entretener su mente con algo porque está aburridísimo. Entonces toma una de las tantas revistas que reposan sobre la mesa ratona y decide abrirla en una página al azar. Para su sorpresa no se encuentra con ninguna modelo semidesnuda hablándole de su timidez, de lo mucho que extraña a su novio o de las clases de teatro que toma en sus ratos libres para satisfacer aquel viejo anhelo –ridículo por cierto- de convertirse en actriz. No. Se encuentra, en cambio, con un desconocido total (aunque con un nombre rimbombante) exponiendo a la consideración del lector sus pretensiones de alta alcurnia:

“Juan de la Cruz Inodoro Bidet –el doble apellido es su carta de presentación más eficaz- nos muestra su nueva mansión en el Pilar Cricket Club, justo al lado de la casa de un ex compañero de colegio de Máxima Zorreguieta”.

Yo no sabía que Juan de la Cruz Inodoro Bidet se había visto en la necesidad de comprar una mansión nueva, no tenía conocimiento de la existencia del Pilar Cricket Club y, de hecho, tampoco tenía –ni tengo- la más pálida idea de quién es Juan de la Cruz Inodoro Bidet. Pero él me sonríe. Sí. Me sonríe con febril entusiasmo al tiempo que me enseña su living comedor con hogar a leña, su cocina estilo francés, su dormitorio con muebles de nogal tallado y esa mala imitación de la Venus de Milo que ha colocado al lado del espejo del cuarto de baño principal, con el afán –creo yo- de proporcionar una prueba fehaciente de su pésimo gusto y su fino sentido de la ironía. Pero más de su pésimo gusto.

Al dar vuelta la página, este homo sapiens cae en la cuenta de que, no conforme con haberle enseñado su mansión, ahora Juan de la Cruz Inodoro Bidet ha decidido presentarle a su adorable familia: Su esposa María Eugenia García Olazábal de Inodoro Bidet (según entiendo, hija de un célebre camarista penal) y sus tres hijas, Camila, María de los Milagros y Juanita.

A María Eugenia le gusta pintar. No paredes o puertas, por supuesto, sino cuadros. Cuadros que luego expone –e incluso vende- en la galería de su íntima amiga Esmeralda Pereyra de Souto, que debe ser conocidísima en el ambiente, pero que este servidor jamás había oído nombrar (lo mismo que a Juan de la Cruz, a María Eugenia y a sus tres hijas).

Las niñas concurren al colegio (el Pilar Green Town si mal no recuerdo), y no mucho más puede decirse de ellas. Tal vez, sí, que Juanita tiene un perro. Un labrador que se ha ocupado de entrenar en persona, y que ha ganado un concurso más o menos importante en el Pilar Dog Institute.

Luego de cuatro carillas rellenas con los detalles más estrafalarios de la familia, este humilde paciente dental no ha logrado descubrir a qué actividad se dedica Juan de la Cruz Inodoro Bidet. Y ese, estimados, no es un detalle menor, ya que es esa actividad, y no la familia, la que debe haberlo catapultado a tan ilustre publicación. Sin embargo, a la luz de las evidencias, el hombre se encuentra muy dispuesto a señalar que es el primogénito del matrimonio conformado por Manuel Inodoro Castro (célebre estanciero de la provincia de Buenos Aires) y Perla Bidet (sobrina de un importante empresario de la construcción), pero no siente deseos de llevar las presentaciones al ámbito laboral. Y no es porque no trabaje (no sean malpensados), ya que a su esposa María Eugenia le encantaría que él pudiera evadir una o dos horas por semana sus múltiples responsabilidades (no se sabe cuáles, y a esta altura de la nota tampoco parece que vaya a saberse), y aprovechara ese hueco tan oportuno para estar con su hija Juanita (si es que justo no se fue al campo a entrenar al labrador) que lo ama y lo necesita en esa edad tan difícil que le toca atravesar. Las otras dos, según parece, ya son lo bastante grandes como para prescindir de la figura paterna, o lo bastante estúpidas como para no malgastar valiosas horas intentando enderezarles la vida.

Otro indicio de que Juan de la Cruz es un hombre ocupado es que se encuentra exhausto. Y como resultado de ello, piensa llevarse a las chicas –a las cuatro- a disfrutar unas mini vacaciones en su chacra de Punta del Este, de la que veremos imágenes en un número venidero.

Ahora, Juan de la Cruz Inodoro Bidet se dispone a enseñar al público su colección de autos antiguos, pero es interrumpido por la secretaria de mi odontólogo, y la revista se cierra –justo a tiempo- sobre la puerta de su garaje.


- Che Osmar… ¿vos conocés a Juan de la Cruz Inodoro Bidet?- pregunto ya recostado en la camilla con el babero puesto.

- ¿Inodoro Bidet?- repite el profesional con el ceño fruncido-. No me suena… ¿es paciente mío?

- No, es un tipo de las revistas- corrijo yo haciendo malabares para evitar la palabra “famoso”.

- ¿Y qué hace?- continúa indagando él.

- No tengo la más pálida idea. Pero tiene una Venus de Milo y un labrador.

- ¿En la casa?- pregunta extrañado.

- La estatua en el baño, y el labrador, creo yo, en el jardín.

Osmar se sonríe, pero ya pierde interés en el personaje y se sumerge en su trabajo.

- Debe ser uno de esos nuevos ricos que pagan la nota para que les conozcan la jeta- concluye-. Ahora calladito y con la boca abierta, que te voy a sacar una radiografía de la muela.

Está bien Osmar, pienso sin decir. De cualquier modo, tampoco es que tuviera demasiado para agregar.

Entonces cierro los ojos y me apresto a recibir mi ración de dolor mientras imagino las cosas que se dirían de mí si fuera el dueño de un labrador y una Venus de Milo.



Tengan ustedes muy buenas tardes.

21 comentarios:

Pablo dijo...

Notable. Lo de Inodoro Bidet, digo. Yo junté el apellido de mi padre y mi madre en el DNI y nada. Ni un mango. Se ve que algo no hice bien.

Lo mío debe ser la síntesis porque lo más cerca que estuve de Inodoro Bidet fue un labrador sin patas delanteras.

Un texto muy logrado, Yoni.

Marina Judith Landau dijo...

Me ha atrapado su texto, tanto que me he quedado con las ganas de su relato sobre la colección de autos. Claro, tuve la suerte de leer su versión y no de encontrarme la revistita...
Pero mire que hay gente rara.
Un abracito.

Fabiana dijo...

Notable como hay gente que se hace famosa de la nada y por nada..
En mi caso particular, ni aunque junte tooodos los apellidos de toooodos mis antepasados, lo mas probable es que solo logre que me digan ridícula..
Pero bueno, seguramente la razón mas lógica de mi fallo en hacerme famosa es que, en lugar de un labrador tengo un tortugo, y que la única venus que tengo en el baño es la crema depilatoria(para piel sensible, eso sí..)
Un abrazo! :)

Bugman dijo...

Oiga, usted no entiende a las familias de alcurnia. Nosotros (y debo declarar aquí mi pertenencia al ilustre linaje de los Vanitory Ducha Escocesa) no necesitamos hacer nada para que nos hagan notas en las revistas. Lo único que hace falta es ser.
Un saludo de Ernestina Guadalupe, Julián Bartolo, María de las Caléndulas y Aixan Matheus Flimperkstin Tercero, mi perro perdiguero de los Alpes Septentrionales.

Mona Loca dijo...

Mire, M'ijo.
Acá lo terrible es que hay gente que compra esas revistas Bola.
Porque, escuchemé. De alguna manera se financian esas porquerías. Son pura fotos de casas e ignotos adinerados que veranean en la isla de Rostros.

A mí me ponen nerviosa, vea. No las puedo mirar ni en la peluquería.

Prefiero a Belén Francese describiéndose como una carmelita descalza, a la espera del verdadero amor de su vida, si la timidez se lo permite, como chica de su casa que es.

Por lo menos es autóctona.
Y uno sabe de qué trabaja.

Anónimo dijo...

Excelente el texo, señor, no tiene desperdicio, por cierto. Como ya dijeron lo peor es que hay gente que compra esas revistas, y que compra esas notas. En mi ciudad natal, netamente burguesa, hay muchos, por cierto. Un saludo.

Camilo Canegatto. dijo...

De las tres hijas Inodoro Bidet, María de los Milagros es la más trola.

Viejex dijo...

Yoni, no entendés na, bolo. Dentista no dá. Odontólogo, gordo. Como pusiste en el resumen. Perdon, en la síntesis (bien usado!)

Atentamente
Viejex Tina Lavatorio

Yoni Bigud dijo...

Señor Pablo: Es que los apellidos tienen que hacer juego... usté no puede llamarse González Howard. Así no va.
Muchas gracias.

dondelohabredejado: Y eso que no vio la Ferrari que había en la colección...

Fabiana: Claro. De la nada y por nada. Imagine si tener un tortugo fuera lo "cool", y de pronto a usté comenzaran a tratarla como si fuera de la realeza.

Señor Bugman: Es obvio que el solo hecho de ser debe tener algún mérito.
Yo soy de un modo de lo más improductivo, por desgracia. Pero bueno... tampoco me ha ido muy bien con el hacer y el estar.

Mona: Ignotos. Esa es la palabra clave. ¿Qué gracia tiene espiar a un millonario solo por el hecho de serlo?

Caia: ¿Y les preguntó? Diga que sí. ¿Les preguntó qué es lo que los hace felices?

Falangista: No sé... mire que Camila tiene varias millas recorridas.

Viejex: Es que se me escapa el groncho que llevo adentro.

Un saludo.

Claude dijo...

Puede pedir la anestesia mientras espera ser atendido. Eso podría funcionar.
Una duda: ¿Ud. tiene muy buena memoria o, como yo, es de lo que sustraen las revistas de los consultorios?
Saludos.

Yoni Bigud dijo...

Claude: ¿Usté sustrae las revistas de los consultorios? :)

No, yo tengo buena memoria, y además no me animo a ese tipo de contravenciones. Es como un bloqueo. Pienso que sería descubierto y luego azotado en la plaza mayor.

Un saludo.

Paola Florio dijo...

Te invito a participar del concurso en mi blog, un beso!

Bugman dijo...

Mire lo que hago, jeje. Mire. Este es el comentario....¡13!
¡Muejejejeje!...¡mbhuejejejeje! ¡MBHUEJECOF..COF..COF,COF,COF!..arghhhhhhhh...

Yoni Bigud dijo...

Capitana: Participaré con mi tatuaje tumbero, que es una vergüenza para el mundo de los tatuajes.

Señor Bugman: Señor Bugman... ¡oiga Señor Bugman!
Bueno... esteeeemmmm... y 14.

Un saludo.

Eidético dijo...

Yoni: la otra vuelta llegó a mis manos una revista "HOLA" de origen española similar a la revista "GETAS" (para no hacer chivo) de cabotaje.
NO CONOCÍA A NADIE. Cosa que no me preocupó en lo más mínimo. Y pensé, "esta gente debe estar muy orgullosa de haber aparecido en Hola, pero ¿quién los conoce más allá de los lectores fieles de Hola?" y creo que lo mismo se aplica a "Getas" o a Juan Cruz Inodoro Bidet, estas revistas no nos informan de quién es el personaje, asumen que uno ya debe conocerlo, lo cual es ridículo.
Muy bueno su blog, saludos
Juan el de Eidético.

Feffo dijo...

El otro día pensaba si el arte no debería estar en manos de los que tienen menos recursos. Pensaba en estas galerías de arte cool, del amigo de la amiga del hermano, y siento que no me da lo mismo algo escrito en un anotador con tapa de cuero en plaza francia que algo escrito en una servilleta con un lapiz mocho en un bar de hurlingham. Pero no es un problema social. Es viceral.
Espero que a la hija de Inodoro Bidet le vaya bien con la pintura. Ya que a la pintura no le va bien con las hijas de Inodoro Bidet (que podría ser genérico porque hay muchas que llaman pintar al alpedismo).
Al margen, buen nombre Inodoro Bidet para una banda de progressive rock under.
Buen post. Un gusto.

Fabiana dijo...

Don Yoni, ni mas ni menos que por eso es que todavía mantengo a ese tortugo ingrato..
Yo confío en que algún día se me va a dar..
El tema es que el guacho, para el momento en donde los tortugos sean tan necesarios para demostrar la alcurnia como un labrador de los montes de Procabacuburimini, lo va a disfrutar seguro..
Mientras la que suscribe va a estar en un mundo mejor..

Bah,eso creo..
Excepto que allá arriba(si me dejan entrar..), sea lo mismo que acá, por lo tanto mi derecho a una nube decente va a quedar relegado en favor de aquellos cuya aura sea mas brillante..

Un abrazo! :)

Fabiana dijo...

Y 18!!.. :O

lo que hay que hacer para tener derecho a una nube potable.. :P

Almafuerte dijo...

Yoni, un hermoso texto!

Tuve esa experiencia de sala de espera, combinación de revistas (onda Brando, Cuisine & Vines & Chaque Heure pour la Minorie) con un programa de radio que escuchaba la recepcionista.

Quería decirles a gritos que estaba todo mal, que eran horribles esos relojes y carteras carísimas, que esos artistuchos de vanguardia que promocionaban eran unos muertos de frío, que esas bandas no eran de rock ni de nada.
Y al mismo tiempo me sentía excluida, como si me hubiera ido del país por unos años y ya no pudiera reconocer a nadie.

En fin. Cosas que pasan, pero ud. las escribe mucho mejor.

Estrella dijo...

Una de mis fantasías es ir tocando timbre en las casas con venus de milos y labradores y preguntarle al nene que me atienda: decime, ¿de qué trabaja tu papá?

Muy divertido este post, yoni!

Yoni Bigud dijo...

Juan: Es cierto lo que señala.
Creo que alguna vez tuve listado su blog entre mis enlaces. No sé qué pudo haber ocurrido. Lo agregaré.

Feffo: Ante todo bienvenido. Qué feo cuando a la rama del arte practicada no se lleva bien con uno.
Ya mismo salgo corriendo a registrar el nombre. Habráse visto...

Fabiana: Cuidado, que también podría quedar relegada por un tortugo. Mire que cuando se sube de categoría...

Fabiana: Si llego antes que usté, voy a hacer los arreglos necesarios para que su nube sea de primera categoría.

Almafuerte: Muchas gracias. Yo creo que hay que leer -y escuchar- esas cosas con alegría. Como si uno estuviera viendo el chavo del ocho. No es tan distinto.

Estrella: Se va a encontrar con caras de espanto y mucho mutismo. La mayoría no lo sabe (y el papá tampoco).
Muchas gracias.

Un saludo.