Llego al consultorio de mi psiquiatra sumamente agitado; echando espuma por la boca. Un dibujo adusto se le instala en el semblante, y me mira como si fuera yo la materia prima de alguna de sus pesadillas, o un obtuso cobrador de impuestos ensañado con su inmueble.
- No quiero vivir más-, escupo haciendo caso omiso a su bienvenida.
Pero esa primera frase no logra el impacto que yo ambicionaba.
- ¿Por qué te querés morir?- indaga el profesional haciendo gala de un desgano esplendoroso y una monumental incomprensión de la idea.
- Yo no me quiero morir, idiota- respondo con irritación infantil-. Simplemente deseo poner fin a la acción de vivir; pero el hecho frío de la muerte me aterra.
- Lo cierto es que el paso del Ser a la Nada implica, necesariamente, un punto final; y eso es lo que el Ser Humano denomina "Muerte"- acota con ese tonito paternal que me saca de quicio.
El hombre tiene un punto; tengo que admitirlo. Sin embargo, me perturba ese reproche íntimo que le formula veladamente a mi ánimo caprichoso. Lo hace a sabiendas, con esa constante pretensión de sumirme en un silencio humilde y penitente.
- Definitivamente no me quiero morir-, concluyo arrojando a la mesa los jirones de mi argumento, y poniendo de manifiesto una claudicación inadmisible diez minutos atrás.
- Lo que vos querés es la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos.
Una verdad atroz y punzante llueve sobre mi agonía.
Frente a un diagnóstico tan acabado, mi único refugio es el silencio.
7 comentarios:
Un psiquiatra que habla con crudeza.
Te podría haber dicho algo así como "Bueno, en la vida, la constante es elegir, y hay cosas que se tienen que preferir a otras porque todas no son posibles, de todas formas, la elección siempre es enriquecedora..." y blah, blah, blah.
A veces, a mi tampoco me gustan los puntos finales.
Los psiquiatras estan para decirnos lo que nos gusta o no sirven
Don Vill: Gracias. Lo más interesante que tienen los psiquiatras es el blah blah blah
Stella: ¿Y a quién sí? Gracias.
Anónimo: Coincido.
Un saludo,
Todos buscamos siempre la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos. Si nos contentáramos solo con la chancha, o con los veinte o con la máquina de hacer chorizos estaríamos dando un paso demasiado grande hacia el punto final.
Sabrá disculpar pero a mi los galenos del coco me sublevan.
Todavía no encontré a uno al que no le fashe más que a yours truly.
A mamá mona con bananas verdes!
Pssssssst, faltaba más.
No se deje engatusar, ud. está más sanito de lo que le quieren hacer creer.
Don pato sabio: Lo felicito por su reflexión. Por algo usted es un sabio. Gracias.
Cruella: Gracias por el apoyo. Yo siempre estoy en esa reivindicación, pero no me creen. Gracias otra vez.
Un saludo,
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