Extraña sucesión de infortunios que, poco a poco, fueron minando mi voluntad hasta transformar aquel viejo anhelo de triunfo en esta pacífica convivencia con el fracaso.

viernes, 9 de enero de 2009

EL VAGÓN DE LA PRIMERA

Síntesis del post: Algunas maldiciones a Metrovías. Ganas de ir a almorzar. Pequeño incidente mañanero en el subte. Reflexiones variadas.




En el anuncio número tres del último post les comenté, con un poder de anticipación realmente envidiable, que entre los cuatro o cinco temas dominantes del mes de enero iban a figurar las historias en el subte “A”. Y aquí me tienen, presente para cumplir con la palabra empeñada, firme para rumiar mi extensísima lista de agravios contra la empresa Metrovías y bastante apurado para terminar con todo a una hora más o menos decente, porque hoy es viernes, y los viernes yo almuerzo solo, y me como una milanesa de ternera con fritas a caballo, o un buen bife de costilla acompañado de la misma forma (con el equino y el tubérculo), y me tomo un vino chiquito con soda y hielo, y me pongo a pensar, y pienso cosas de lo más variadas, y cuando me quiero acordar ya faltan dos o tres horas para el fin de semana.

Y les anticipo, otra vez con ese poder de anticipación envidiable, que no me voy perder el comienzo del fin de semana por unas cuantas líneas atrasadas, así que a lo nuestro, que estoy bastante apurado para terminar con todo a una hora más o menos decente, porque hoy es viernes, y los viernes yo almuerzo solo.



EL VAGÓN DE LA PRIMERA


Sabrán ustedes que hace un par de semanas el señor Mauricio Macri tuvo la buena idea de inaugurar dos nuevas estaciones del subte “A”, por lo que ahora este simpático trencito que se arrastra tres o cuatro metros por debajo del pavimento a lo largo de la avenida Rivadavia, penetra hasta el corazón mismo del barrio de Flores, o sea, hasta el cruce con la avenida Carabobo.

¡Qué alegría!, dirán los vecinos de la calle Puan que se beneficiaron con la primera de estas dos estaciones, y que, además de que sus propiedades se habrán revalorizado un poco, ya no tendrán que caminar nunca más las seis o siete cuadras que hay hasta la estación Primera Junta, antigua cabecera de la línea.

¡Por fin!, dirán los vecinos de la inefable avenida Carabobo que hasta hace quince días no podían soñar con tomar el subte sin antes cubrir en colectivo la punta de cuadras que los separaban –y los siguen separando- de la mencionada estación Primera Junta, y que ahora se suben muy orondos a ocupar su asiento en los trenes vacíos de la flamante cabecera de línea.

¡La puta madre que los parió a todos!, decimos los vecinos de la avenida Acoyte, que antes subíamos en la segunda estación con un tren razonablemente poblado, y ahora subimos en la cuarta estación, por la puerta, por la ventana o por donde podemos, porque no sé si se han enterado, pero parece que en el barrio de Flores vive mucha gente. Qué digo mucha… muchísima. Toda.

Y señores… estamos en enero. Acá no hay ni la cuarta parte de la gente que tendría que haber.

En marzo, cuando ya estemos todos de nuevo en la ciudad, con el bronceado en franca retirada y estrenando esa corbata horrenda que alguna tía nos regaló en Navidad para recordarnos que las vacaciones no son eternas, la situación se va a poner bastante fea. O compran algunos trencitos nuevos, o me lo apalabran al impresentable de Viviani para que los taxis cuesten la mitad de que cuestan hoy.

En fin…


Hoy a la mañana no me quedó más opción que dejar pasar dos trenes que en su interior –lo juro- transportaban un bloque granítico que no permitía el flujo de humanos en ninguno de los dos sentidos.

Un horror.

Por suerte, cuando ya mi estado de desesperación era manifiesto y la tercera formación se aprestaba a abandonarme en el andén, llegó un gordo muy aguerrido del cual ya les hablé en el párrafo que está justo debajo de la foto de este post (segundo de la historia del blokkkk) y procedió de la misma forma que aquella vez, enviándome más o menos hasta el centro del vagón.

Aleluya.

El único inconveniente fue que luego de esta arriesgada maniobra de abordaje, una señora de pequeña estatura, mediana edad y alta volatilidad se sintió un tanto invadida por el desplazamiento forzado de la masa. Y no les cuento la humanidad de quién constituía la primera línea de la bendita masa porque seguramente ya se lo imaginan.

Se dio vuelta (toda una proeza considerando las circunstancias) y me dijo más o menos lo siguiente:

“A ver querido… ¿me podés sacar el codo de la espalda que me estás dejando sin aire?”

Y luego dijo esto, pero ya a modo de reflexión final, y no estrictamente dirigido a mí:

“Yo no sé por qué se siguen subiendo si ven que no hay más lugar”.

Y entonces yo, que en los escenarios dramáticos, miserables o desesperados alcanzo incluso cierto grado de disfrute, le regalé una amable sonrisa y acto seguido le contesté más o menos esto:

“Señora, el vagón de la primera es el de adelante”.

Y como la gente se reía –y mucho-, la señora concedió un “touché” facial, sonrió y siguió en lo suyo, que supongo sería aguantar el olor corporal de la famosa masa, porque los amontonamientos son la pesadilla de la gente chiquita.


Giré la cabeza para el otro lado y una señorita con unos ojitos verdes de lo más expresivos (muy bonita ella) me sonreía con efusión. Solapadamente diría yo si tuviera cuarenta años más de los que tengo. Pero como este escenario ya no era ni dramático, ni miserable ni desesperado me alboroté. Y sonreí, pero más con timidez que con agresividad. Y después bajé la mirada. Y supongo que me puse colorado. Y me arrojé al exterior en la estación Saenz Peña, como siempre. Y mientras miraba la sombra del Palacio Barolo a contraluz desde la escalera mecánica, me pregunté por qué siempre me pasan cosas en el subte. Y me pareció una pregunta tonta...


Tengan ustedes muy buenas tardes.

21 comentarios:

Mona Loca dijo...

Yo le voy a decir una cosa, don Yoni: Lo de que la gente está de vacaciones, ES MENTIRA.
Ya se lo comenté en otro post, ciertas avenidas ( Callao, Córdoba) siguen siendo el mismo quilombo de siempre.

Para mi que es una estrategia de Marketing para uqe parezca que este es como todos los veranos que la ciudad se libera de gente en enero.
Pues no.

Además, los noticieros andan diciendo que las personas no van a Mardelplata, que si van, van con nada alquilado y por tres o cuatro días.
Si no están allá, es porque están acá, miamigo.

Y con esto qué quiero decir?
Que su subte vendrá siempre así como estos días, tal vez con apenas variaciones.

Considere salir de su casa más temprano o más tarde, para evitar el grueso de la multitud.

Mona Loca dijo...

O tomarse un colectivo hasta Carabobo y subir ahí...esa podría ser otra opción.


Pero qué Mona de recursos que soy!!!

Stella dijo...

¡Cómo me gustan esas anécdotas que cuenta!

Tiene razón Mona, hoy miraba el noticiero y la playa está vacía! Es mas, el locutor decía que tenian grandes sospechas de que la gente no haya salido de vacaciones porque hay una moda nueva, que se impuso este año, y es la de viajar en el subte A.
Usted tiene suerte, porque es alto. Arriba hay mas aire!

Unknown dijo...

Querido yoni
le paso un dato Toda la gente de Flores, es del oeste y bajamos a los trompicones(¿existe esta palabra?)del Sarmiento.
Cuando vienen en el Rápido una considerable cantidad queda a la espera del Local para bajar en Caballito y tomar el subte; agréguele, todos los del 132, que se bajan en Plaza Flores, porque el subte es más rápido y seguro que conseguirán un viaje placentero como en el furgón del Sarmiento.
Supongo que el adorable olor a viejo de las maderas del Subte A desaparece por acumulación de olores humanos.
Con el tiempo y la experiencia se le pierde el temor a la multitud, y una entra.
Como para trabajar, como parte del uniforme, ando en tacos, nunca tuve la horrible sensación de estar entre moles de carne. Creo que para alguien bajito, yo soy una mole de carne con bolso.Otro tema son las bicicletas. Piense en eso, yoni, piense que se salvó de las bicicletas.
Besos en solidaridad.

Vulgar dijo...

Jjajjaja excelente Yoni. A mi me pasó eso cuando hicieron la estación José Hernandez. Igual me pasó para bien, porque vivía a 1 cuadra. Pero mis amigos que vivían en Olleros, a veces venían para la mía (sí, por lo que puteó mi viejo con los impuestos del subte, nos adueñamos de la estación) a viajar sentados.

Y por lo de la chica, yo no entiendo por qué los chicos no se animan a hablarte cuando les hacés ojitos en el subte/bar/calle. Por qué, eh? por qué? sería una anécdota buenísima para contarles a los nietos.

Coki dijo...

@Mona Loca, es que hay que considerar que los porteños que se van de vacaciones se ven compensados por todos aquellos cuyas vacaciones son en Buenos Aires. Y a eso hay que sumar algunos extras que contrata Macri.

Estrella dijo...

Me parece que los almuerzos en soledad de los viernes te inspiran, yoni... o quizás sea nomás el vino chiquito con hielo y soda.

La cuestión es que estoy acá, leyéndote, y la gente alrededor me pregunta: ¿qué estás leyendo tan divertida? "Las cosas que le pasan a Yoni Bigud, me hace réir"... ¿¿A quién?? A nadie, ¡¡shhh!!´

Muuuuy bueno el cuento del tren!

Estrella dijo...

... y también ell principio del post!

Vill Gates dijo...

Ja ja Yoni, es la historia de mi vida en la Línea Mitre y el subte de la línea "D". Ahí es peor, la gente que vive en estaciones anteriores a la cabecera hace una o dos estaciones en sentido contrario para llegar sentaditos a la cabecera por lo que -aunque estés plantificado en la puerta misma- voilá! el tren esta SIEMPRE lleno.
Delicias de vivir y o trabajar en buenos Aires.
Saludos Yoni.

m. dijo...

la verdad no sé por qué no largan los subtes antes de la cabecera, sin esperar que se llenen por completo, realmente no hay necesidad. Cuando vuelvo del centro es indignante, ya de Catedral sale completo, en tribunales ya no se puede subir. Al Pedo.
En fin, como siempre, divertidísima tu aneda. Los amontonamientos serán la pesadilla de la gente chiquita, pero ellos se desquitan camuflándose de espacio vacío, a veces mirás, en el colectivo o en el subte, y te parece que hay huecos en el medio, y cuando te acercás, está lleno de petisos ocultos entre el tumulto. Así no se puede.

Anónimo dijo...

Yoni, ud. es un dulce.. me mató con ese "Y sonreí, pero más con timidez que con agresividad. Y después bajé la mirada. Y supongo que me puse colorado.
Respecto al subte, a mí me toca el B, que después de experiencias con otras líneas he llegado a la conclusión de que es el mejorcito. Lo abordo en la estación Medrano, en hora pico se dificulta y entrás tipo ganado vacuno, aunque en el primer vagón usualmente es más fácil subir. De todos modos prefiero mi querido 26. Un besito.

pipi dijo...

"(...)aguantar el olor corporal de la famosa masa, porque los amontonamientos son la pesadilla de la gente chiquita"

jajaja, ni q lo digas!; yo sé bien de qué se trata eso.. con mi escaso 1.5 mts de altura!! un codo te puede llegar a matar ;)

saludoss Mr. Yoni!

Pablo dijo...

Para mí es una movida de Metrovías para que no sigan diciendo que en la línea D es en la que peor se viaja. He experimentado como usted la desesperación de dejar pasar varias formaciones y que sigan viniendo los bloques monolíticos de personas a los que hace referencia. En esos momentos -mientras sudo profusamente en pleno invierno- pienso: "somos demasiados" y me dan ganas de irme a vivir a algún pueblo que necesite un profesor de filosofía. Pero no creo que lo haga, así que la opción sigue siendo ir más temprano.

PD: ¿no tienen la sensación de que la franja que denominamos "hora pico" es cada vez más larga?

Yoni Bigud dijo...

Mona: Empiezo a pensar que tiene razón con eso de que la gente no se fue de Buenos Aires. Voy a salir más tarde, porque más temprano... ¡jamás!

Mona: Como soy yo, creo que pasarán años antes de que conozca esa estación.

Stella: Gracias. Tiene razón, después de todo arriba hay más aire. Soportaré esta moda desde ahí.

Cerriwden: Muchas gracias por su comentario aclaratorio, me ha sido de gran utilidad.
Y sí... me salvé de las bicicletas, que son un temita.

Vulgar: Gracias. La línea D también es para sentir compasión.
Y en cuanto a los ojitos, yo solo le puedo hablar por mí: Soy medio pavote.

Coki: Tiene razón, es Macri y su ejército de extras.

Estrella: Muchas gracias. Yo creo que es la soledad, y no tanto el vino.
Páseles la dirección de mi blokkkkk a sus amigos :)

Estrella: Gracias.

Vill: Bienvenido de vuelta. Qué odio me dan los que usan el tiempito de más para tomarse el tren al revés. Yo prefiero el heroismo de pelear con la masa.

m.: Exacto, se camuflan de espacio vacío. Es como una compensación.

Caia: Muchas gracias por sus palabras.
Parece que a pesar de las diferentes líneas, a todos nos pasa lo mismo.

Jale: Gracias por su testimonio. Confesiones desde el sótano podríamos llamarlas.

Pablo: Son los de Metrovías, pero igual somos demasiados.

Un saludo.

Indis Creta dijo...

Si ud tuviera mas de 40 años de los que tiene, no diría que se alborotó, sino que se abatató!

:)

Yoni Bigud dijo...

Indis Creta: Es cierto. Y en rigor de verdad, si tuviera cuarenta años más de los que ya tengo, es muy probable que nadie me hubiera mirado.

Un saludo.

Camilo Canegatto. dijo...

Además, como Ud. supo decir alguna vez...

El olor a negro hace desistir de cualquier buena intención que uno tenga.

Mona Loca dijo...

MMMhhh....martes, 10 y media de la mañana, y no hay post nuevo.
Y en Narrador tampoco.
Ya está de vacaciones, usté?????

Yoni Bigud dijo...

Falangista: Veo que anduvo buceando en las profundidades del blog.

Mona: Heme aquí. Y pronto estaré allí. No... en Narrador digo.

Un saludo.

gamar dijo...

Creo que la única manera para que los vagones del A no se desarmen es mantenerlos llenos de gente. Si hace 15 años se movían como un flan, imagino que hoy si no hay masa que lo sostenga desde dentro se desmoronan como casita de cartas.
Para mi que estaban, entre cambiarlos o llenarlos de gente y creo que lo segundo es mas rentable.
Ustedes no saben nada de negocios.

Yoni Bigud dijo...

Gamar: Y bueno... yo soy parte del material de relleno. Y lo peor de todo es que esos vagones, ahí donde los ve, podrían aguantar más gente.

Un saludo.